Inicio › Foros › Can you the problem? › Genial, genial y genial ;)
- Este debate tiene 14 respuestas, 6 mensajes y ha sido actualizado por última vez el hace 15 años por Miguel Ángel.
-
AutorPublicaciones
-
13 diciembre, 2008 a las 18:37 #59259
Es un poco largo, pero engancha y no tiene desperdicio:
En tiempos de crisis, el beneficio es para los osados. Y mi jefe es tan osado que ha contratado a un consultor por chopocientos euros la hora para que le diga qué es lo que está mal en esta empresa.
Mira que yo a los consultores no me los creo mucho, pero éste parece ser de los pocos que pueden ser medio eficientes y que se preocupa por su trabajo. Parece que sabe lo que se hace. El primer día que me lo encontré (hace unas tres semanas) el tío era un ser bien peinado, traje negro, bonita corbata, maletín, zapatos relucientes y afeitado impecable. A su lado, yo con pelo de un mes, barba de cuatro días, vaqueros, camiseta y deportivas parecía un mendigo. Y el ordenador que llevaba debajo del sobaco otro.
El caso es qu este hombre se ha incrustado en la empresa. Ahí está el hombre intentando entender cómo se trabaja por aquí. Y poco a poco, conforme pasaban los días, la gomina iba a menos. El saludable color de cara se iba tornando cetrino, los zapatos ya no brillaban tanto, el maletín tenía obesidad y se apreciaba cierto temblor en sus manos.
El muy inconsciente decidió que lo mejor era entrevistar a los responsables de los departamentos, así que el muchacho los fue llamando uno por uno. Por alguna razón que desconozco, a mí me tocó el último. Ese día yo llevaba una camisa por fuera, un pantalón claro y botas. Mi pelo seguía sin cortarse y la barba era de sólo dos días. Tenía la camisa manchada de tóner de desatascar medio paquete de folios de una máquina y lucía tres bonitos manchurrones negro, azul y amarillo. Aún así, tenía mejor aspecto que el difunto que sostenía aquella bonita PDA.
-Mmmm… buenos días- me dice con tono cansado. Algo en su mirada me dice que desearía ser un humilde campesino en una plantación de café de Colombia.
-Nosdias-, replico en tono jovial.
-Siéntese, por favor.
-Gracias.
-Verá, don… espere, creo que tengo su nombre por aquí… don…
-Wardog. Me llamo Wardog, no hace falta que busque, esa me la sé.
El pavo sonríe.
-Es usted el primero que no se espera a que encuentre las notas.
-Como me siga usteando me van a salir más canas. Tutéeme, por favor.
-Perfecto, tutéame tú a mí también. Me llamo Sinforoso-, y me tiende la mano. Se la estrecho y en su cara parece que aparece algo de vigor. No porque yo le estreche la mano, sino porque antes de ver a un ser humano han pasado por su despacho Rasillona, Culosponja, Pollamboca, Misifú, Lavane, Bolindre, Bigote, Lucky, Fica, Caracoz y no sé cuántos más. Parece ser que aquí todo el mundo es encargado de algo.
-Muy bien, Sinforoso, pues tú dirás.
-Verás, se trata de unas preguntas muy sencillas, para saber qué trabajo hace cada uno e intentar optimizar recursos y tareas y…
-Pues lo llevas claro.
-¿Perdona?
-¿Tú sabes dónde te has metido?
-¿Por qué lo dices?
-¿Has entrevistado a Lucky? ¿Y a Rasillona?
Una sombra vela su mirada y el peso de sus hombros le encorva la espalda hacia delante.
-Sí, sí… los he entrevistado… de hecho tú eres el último.
-Ya veo. Si me hubieses entrevistado a mí primero, habrías tardado mucho menos. Apunta ahí:despedir a toda la plantilla y contratar personas. Hala, solucionado.
Me lanza una mirada severa que no puede ocultar una amplia sonrisa.
-Esa no es la manera, hombre. Tenemos que optimizar los recursos de los que disponemos. Si no te importa, empezaremos con la entrevista.
-Perfecto.
-Bien. Primero, dime qué puesto ocupas en la empresa.
-Puta.
-¿Puta?
-Sí, lo mismo te plancho un huevo que te frío una corbata. Soy el informático.
-El responsable del departamento de informtaica, ¿no?
-Y de la guardería.
-Bien, resume en un par de frases cuáles son tus funciones.
-Mantener una mierda de equipos en una mierda de red y evitar que los usuario se hagan caca mientras intentan adivinar cómo hacer su trabajo.
-Vaya, original forma de verlo.
-No. Realista.
-Bien, bien… dime, ¿qué empresa gestiona la red?
-Nosotros.
-Aham. ¿Qué empresa se encarga de las reparaciones de los equipos?
-Nosotros.
-Vaya. ¿A qué empresa se le compran los programas de gestión, me refiero a ERPs, CRMs…?
-Ah, sí, los de gestión se le compra a la empresa Chachiquemola INC., pero aquí hacemos alguno satélites que complementan la solución.
-Bien. ¿De qué empresa es la intranet?
-De Killminds. Desarrollamos y mantenemos nuestra intranet.
-Vaya por Dios. ¿Y el soporte? ¿Tambien en Killminds?
-Claro, hombre.
-¿VPN tenéis? ¿Teletrabajadores?
-Sí, y también le damos nosotros el soporte.
-Vale, bien, bien…y dime ¿Cuántas personas hay en el departamento de informática?
-Estás hablando con el departamento de informática.
-Pero…aquí me figura que sois dos personas- me dice revolviendo papeles- tú y un tal… Pequeño Pokémon Dorado.
-Ah, sí. Es cierto. El PPD. Estaba conmigo y un día le dijeron que se pusiera a picar pedidos o no le renovaban el contrato. Desde entonces no he vuelto a saber de él. Sospecho que Pollamboca se lo ha comido.
Se lleva las manos a la nuca y se la frota vigorosamente.
-Bien. Así que llevas toda la informática y todo el soporte. Aproximadamente, ¿cuántas intervenciones tienes en una jornada típica?
-Pues no sé.Jornadas típicas no tengo. Pero vamos, del orden de 4 o 5 por usuario.
-¿Al día?
-Claro. Eso cuando están de buenas.
-¿El sistema es inestable? ¿Hay carencias?
-El sistema es lento. Carencias hay de máquinas y de recursos, pero lo que hay de verdad inestable son los usuarios. Eso si que es material inflamable.
-Y si hay una crisis, ¿qué haces?
-¿Por ejemplo?
-Se rompe un servidor y tienes a diez usuarios parados esperando asistencia. ¿Qué haces primero?
-Morder a los usuarios, y luego arreglar el servidor.
-¿Y si es un usuario crítico?
-De eso no hay.
-Hombre, alguno habrá cuyo trabajo sea vital para el correcto funcionamiento de la empresa.
-Seguro. Pero no trabajará en esta empresa. Tú los has entrevistado a todos, ya sabes de qué palo van.
-Si, ya… bien, bien… Imagínate que te pones enfermo. ¿Quién hace tu trabajo?
-Nadie.
-¿Y si estás enfermo y no vienes a trabajar, y un usuario necesita asistencia?
-Me llaman al móvil, yo les mando a tomar por culo y se quedan sin trabajar. Estoy enfermo.
-Vaya por $Deity. Al menos tienes buena salud.
-No. Tengo una mala salud de hierro. Pero sigo vivo.
-¿Y cómo te organizas el tiempo para que puedas hacer todo?
-No sé. Si no llaman, trabajo. Si llaman, no trabajo y me dedico a hacer el tonto por orden presidencial. He desarrollado una extraña capacidad de dejar tres cosas a medias y saber perfectamente por dónde voy en cada una de ellas.
-¿Y cómo es una llamada típica?
-Estúpida.
-No, me refiero a que me digas por ejemplo… la última llamada que has recibido.
-Era Lucky. Que le va a hacer un abono a un proveedor porque nos ha bajado el precio de los consumibles. Que le dijese a qué precio lo estábamos comprando el año pasado.
Sinforoso bizquea.
-¿Cómo? ¿También te encargas tú de las compras del departamento?
-Claro. Tú no sabes lo difícil que es para Lucky leer lo que escribo en la hoja de pedido y llamar por teléfono para pedirlo. Eso lo tiene que hacer un informático, igual que puntear albaranes y facturas de informática.
-Dios… ¿alguna tarea más?
-Preparo informes, interpreto informes, resumo informes, envío emails por encargo, busco cosas en internet, preparo mapas de ruta, configuro GPSs, libero iPhones, hago facturas, pedidos o albaranes rebeldes y/o difíciles, sirvo de corrector ortográfico, configuro las cámaras de seguridad, compruebo grabaciones de las mismas bajo petición, instalo tiendas, formo al personal, hago auditorías de usuarios bajo petición presidencial, pulso F5 a los usuarios, les ayudo a razonar y les llevo de la manita a hacer pipí. Seguro que se me olvida algo, pero bueno.
-¿Como crees que podria mejorar tu trabajo?
-¿Cuánta sangre se me permite en la respuesta?
-No, hombre, me refiero a que me digas qué podría hacer tu trabajo más llevadero.
Ya. Que te haga el trabajo. no creo.
-¿Esta pregunta se la has hecho a los demás?
-Sí.
-¿Y qué han contestado?
-Pues de todo. Que si más luz en la oficina, que si hilo musical, que si pausas de 15 minutos para fumar cada hora, que si horario flexible, que si teletrabajo, que si mejores equipos o mejor mobiliario…
-Joder, aún se quieren tocar más las pelotas.
-A mí me parecen propuestas razonables.
-Y a mí que llevas demasiado tiempo aquí. No sé, chico, con lo que te he dicho te haces una idea. A ver si averiguas qué es lo que le hace falta a esta empresa. Te daré una pista: no es el hilo musical.
-Hombre, alguna sugerencia tendrás, ¿no?
-No, si no se permite sangre. Apunta ahí que me niego a responder a esa pregunta y ya está.
-Bueno, vale, no pasa nada. Un placer, Wardog- me dice extendiendo la mano y levantándose de la silla. Me levanto yo también, le estrecho la mano con la famosa Pinza-Espachurradedos. Una lagrimilla pugna por saltar de sus ojos e intenta apretar un poco, como mandan los cánones, pero toda resistencia es fútil. Estrujo un poco más y me acerco a su oído.
-Igualmente. Y sal a que te dé el aire. Te estás empezando a parecer a estos capullos. Si no desarrollas los anticuerpos necesarios, te conviertes en uno de ellos.
Me marché hacia la puerta y cuando me giré al cerrarla, Sinforoso se frotaba la mano mientras miraba al infinito por la ventana.
Días despues de mi entrevista con Sinforoso, más una mañana con el muchacho a cuestas viendo cómo hacía mi trabajo, hinchándose a tomar notas, preguntando cosas como “¿de verdad te ha llamado porque no tiene el ordenador encendido?” o “¿cómo es posible que tengas que sacar tú un simple informe de ventas?” o la manida “¿te ha llamado tres veces Lucky para que le recuperes un documento que no ha guardado?¿De verdad?”.
En fin, el consultor hizo su trabajo creo que concienzudamente, elaboró su informe, tuvo reunión con los directivos y propuso algunos cambios.
En lo que a mí respecta se dijo algo parecido a “como a Wardog se le crucen los cables y se vaya, jodidos vais”, según Misifú. Según mi opinion era más bien “O metéis a uno para que sepa hacer lo que hace Wardog u os la juega en cuanto os descuidéis”. Y sinceramente, me parece algo de lo más sensato.
Así que Misifú me llamó a su despacho para decirme que una vez más, seremos dos en el departamento de informática. Uno que se ocupe del trabajo de campo y otro que dirija el departamento. Y a mí que me pareció de puta madre.
Ese mismo día, al salir de la oficina, estaba el jefe trasegando un puraco sentado en el mostrador de recepción. Me para al salir y me dice:
-Bueno, Wardog, mañana viene el otro informático para empezar a trabajar.
-Joder, eso sí que es velocidad. Bueno, pues me parece estupendo, ya iba haciendo falta.
-No sé para qué, pero bueno. A ver si así funciona esto mejor.
-Ea, pues hasta mañana pues.
Marché para casa como cada día. A la mañana siguiente, al llegar a mi despacho tengo una nota que dice “reunión a las diez en el despacho del jefe”. Vale, pues ya llego media hora tarde. Voy al despacho del $Boss y me lo encuentro más solo que la una, con un cafetito en la mano.
-Buenos días.
-Buenos días.
-Llegas tarde, la reunión era a las diez. Si se te dice a las diez, es a las diez.
-Lo siento. ¿Ya se ha marchado el informático nuevo?
-No, no ha llegado todavía.
La confianza con los de casa da ascazo.
-Vaya. ¿Esperamos?
-Claro, hombre.
-Bueno. Esperemos.
Voy a por un café y me bajo de nuevo al despacho. Cuando llego ya está allí Misifú y alguien sentado a la mesa de reuniones de espalda a la puerta, charlando con Misifú.
-¡Vamos Wardog! ¡Que siempre llegas el último, joder!
Tiene huevos la cosa.
-Sí, vicios que tiene uno. Y además, técnicamente es cierto.
-¿Comenzamos ya o qué?
Me acerco a una silla y voy a saludar al nuevo. Extiendo cortésmente la mano y la recojo instintivamente como si me hubiese dado un calambrazo. La habitación se volvió oscura de repente, todos los sonidos me llegaban amortiguados, las sienes me latían con fuerza. Empecé a ver puntitos negros y sentí cómo de repente la sangre abandonaba mi cara para agolparse en los cojones y rebotar de nuevo. Recobré la compostura, me pellizqué un pezón para comprobar que no estaba teniendo una pesadilla. No, no estaba dormido.
-¿Qué coño hace aquí El Máquina?- dije mirando alternativamente a Misifú y al $Boss.
-Hoy se incorpora al departamento de informática.
-No, tiene que que ser una broma. Y macabra además. ¿Qué día es hoy? ¡No recuerdo haber celebrado la Navidad ni nada de eso!
-¿Qué cojones te pasa, Wardog?
-Que no quiero que este chapuzas toque uno solo de los equipos. Ni uno solo. Por el amor de $Deity, ¿es que habéis perdido el juicio?
-¡Oye, Wardog, un respeto, que estoy delante!
-Ya, si te estoy viendo. Pero chico, no es nada personal. Es sólo que no tienes ni puta idea.
-¡Oye! ¡Que llevo años con un negocio de informática y tengo más experiencia que tú pero con un cacho! ¡Será posible el niñato!
-Wardog, te estás pasando.
-Que no. Que no y que no. Que no quiero a El Máquina a mis órdenes. Que este me enchufa las impresoras a las placas solares sin anestesia. Que no me da la gana. Yo no puedo trabajar con este señor. Con todos los respetos. ¡Pero si no sabe ni montar un PC a derechas!
El $Boss parece entenderlo por fin, porque se reclina relajado en la silla. Misifú mantiene firme su postura de maniquí. Antes de dar su opinión esperará a ver qué bando lleva las de ganar, si la coalición $Boss-El Máquina o el solitario comando Wardog. Luego se unirá a los vencedores.
-Si es por eso tranquilo, porque El Máquina no va a tocar ni un solo ordenador. Él viene para dirigir el departamento de informática.
El Máquina junta los dedos al estilo del Señor Burns y descansa la espalda sobre el respaldo. Una sonrisa autocomplaciente se dibuja en su cara triunfante. Me doy cuenta de que tengo la boca totalmente abierta y que mi mandíbula descansa sobre mis pies. Recojo la mandíbula, pero es inútil.
-¡MWAAAAHAHAHAHHAAA! ¡JAJAJAJA! ¡AAAAHAHAHAHAHAHAAAAAA!
Me empiezo a descojonar largamente. Esa risa sincera que te hace saltar las lágrimas y te quita la respiración. El Máquina pierde su pose victoriosa y el $Boss los nervios.
-¡Ya está bien, joder! ¡Éste es tu superior y tendrás que respetarlo como tal!
-Mire…aigs… jajajaja… que a mí me da igual estar a las órdenes de quien sea. Pero que sea más competente que yo. O que al menos sepa de qué habla. Pero perdóneme, no sé cómo se le ha podido ocurrir contratar a El Máquina para dirigir nada.
-Mira, muchacho- me dice el $Boss-, conozco a El Máquina desde hace muchísimos años, siempre andaba jugando co $Bossson. Es un tío serio y responsable. Tiene un negocio desde hace dos años y siempre ha estado cacharreando con ordenadores. Yo confío plenamente en él y en su experiencia. Además, tienen un currículum intachable y una trayectoria profesional trabajando en las mejores empresas.
-Venga que sí. Que vale. Que me parece estupendo. Pero veamos una cosita. Imagínese que aceptamos barco. El Máquina se convierte por arte de birlibirloque en mi jefe. Me parece bien, insisto en que no me importa trabajar a las ordenes de quien sea. Supongamos también que El Máquina, en su infinita sabiduría me manda hacer algo que yo sé que es perjudicial para el sistema. ¿Qué debería hacer?
-Pues avisarle de que eso no es bueno.
-Coño, ¿y su infinita experiencia? ¿Y su trayectoria? ¿Tengo que hacerle el trabajo también?
-¡Yo jamás te mandaría hacer nada que fuese malo para la empresa!- exclama El Máquina indignadísimo.
-Venga, vale ya. Wardog, éste es tu jefe y no hay más que hablar.
-No, no, si no hay más que hablar. Yo declino toda responsabilidad de lo que pueda crujir. Y redactaré un documento que usted me va a firmar que diga que el responsable de los posibles daños es El Máquina.
-Vale, pues redáctalo, yo te lo firmo.
-Espere un segudo entonces.
Les dejo solos en el despacho y me voy al mío y redacto una renuncia de responsabilidad. Si en el fondo me puede venir bien tener a alguien que se coma los marrones. Imprimo el documento y se lo bajo al $Boss para que lo firme. Lo lee ceñudo y echa un autógrafo.
-Te has quitado toda la responsabilidad, ¿eh?
-No. Sólo la de la mala gestión. Si me cargo un equipo arreglándolo es cosa mía.
-Bueno, pues enséñale las instalaciones y poneros a trabajar.
-¿Así, sin pan ni nada?
-¡Venga Wardog! ¡Deja de hacer el tonto! – exclama el $Boss bastante cabreadito.
-Hala, Máquina, tira p’alante antes de que le de un infarto al $Boss.
Me lo llevo de la manita. Misifú sigue con su pose de maniquí. Este no se ha enterado de que la cosa ha terminado y no ha tomado parte. Muy chugo lo tiene que ver el pobre.
Me llevo a El Máquina al departamento. El ambiente se podría untar en pan de molde, de lo tenso que estaba.
-Bueno, mira, Máquina, yo te enseño todo esto, te digo lo que hay y tú gestiona que yo voy a mi bola. Y procura romper lo mínimo. Ah, y una cosa. Yo no hago horas extras. En cuanto pite, me largo.
-¿Antes no las hacías?
-Sí. Pero como ahora tengo un jefe molón, pues no va a hacer falta porque vas a gestionar esto que va a dar gusto.
-Err… sí, claro. Bueno, enséñame cómo has montado esto.
-Un momento- abro un armario y saco un plano de la empresa.- Mira. Tenemos switches 10/100/1000 aquí aquí y aquí. Estos dos puntos se unen con fibra óptica. Redes inalámbricas aquí, aquí, aquí, aquí y aquí. Los alcances aproximados están coloreados en azul. Mira, en esta aplicación tenemos el inventario de los equipos, cuando cambies alguna pieza, verifica que se actualiza el inventario en la aplicación.
-No, si yo no voy a cambiar piezas, para eso estás tú.
-Tú sigue con esa chulería, que vas bien.
-Bueno, enséñame los famosos servidores, que me ha dicho $Boss que te encanta tener servidores para nada.
-Ea, vamos.
Pasamos al cuarto de servidores.
-¡Buf! ¡Qué calor hace aquí! ¡Cuanto trasto encendido! ¡A ver para qué es todo esto!
-Te cuento. Este es el servidor de dominio, ficheros, aplicaciones no críticas e intranet.
-Será internet.
-No, intranet.
-A ver, listo, define intranet.
-No me da la gana. Como director supremo y jefe mío deberías saberlo.
-Yo lo sé, sólo quiero comprobar si tienes el concepto correcto.
-Uy. Correctísimo. No me equivoco al decir que tienes más cara que un saco pesetas.
-No te pases, chaval, que puedo sugerir tu despido inminente y fulminante.
-Por mi como si te depilas con una desbrozadora. Sigo. Este de aquí es el servidor proxy y de correo.
-A ver, define proxy.
-Mira, que no te defino nada. Lo he montado yo. Sé perfectamente lo que hace y cómo lo hace. Si no lo sabes tú es tu puto problema. Dedícate a gestionar, haz el favor, que para eso te han contratado.
-Bueno, bueno, desde luego eres poco colaborativo.
-Ni pizca.
-¿Y por qué tienes tres routers?
-Son dos.
-Pues yo veo tres.
-Yo veo dos.
-Ya estamos. Mira, aquí tienes un Zyxel, un Cisco y un Firewall.
-¡¡MWAAAHAHAHAHAHAAAA!! ¡¡Eres la bomba!! ¡JAJAJAJA! ¡Qué cachondo!
-¿Qué pasa?
-Eso es un cortafuegos, genio.
-¿Y para qué sirve?
-Para que los directores de informática pregunten.
-Eres imposible. ¿Ese servidor tan grande qué hace?
-Ese es el servidor de aplicaciones principal. Tiene el ERP, el CRM y algunas cosas más. El que está al lado, el chiquitajo, es el servidor de respaldo. Si cruje el principal o hay que pararlo para mantenimiento, se pasa el trabajo al pequeñajo mientras tanto.
-Qué tontería. Tener un servidor ahí sin hacer nada sólo por si acaso.
-Una payasada que te cagas.
-Pues si lo ves una payasada no sé por qué lo has montado.
-No me refería al servidor. Venga, terminemos de una puta vez. Este es el servidor de la VPN y de la aplicación de TPV.
-Define…
-Vete a la mierda.
-¡Un respeto!
-Olvídame. Mira, tú haz lo que te hayan dicho que tengas que hacer. Que yo me voy a trabajar, machote.
-¡Espera! ¡Que todavía no me has dicho qué son estos disquetes gordos!
Miro y agita en la mano izquirda un cartucho DAT. Gilipollas. Esto me supera. A este tío tengo que pegarle fuego, patearle el hígado, sacarle los ojos. No sé. Necesito relajarme. Necesito que llame un luser o algo. No. Lo que necesito es meterle dos hostias a El Máquina y otras cuatro al $Boss. ¿Cómo hemos llegado a esto?
Me voy a mi puesto y me centro en trabajar. Con la cabeza caliente no puede salir nada bueno. Tengo que respirar. Tengo que pensar.
Me dedico a borrar algunos ficheros innecesarios de la home de Lucky, eso siempre me ha relajado. Entretenido como estaba no me doy cuenta de que El Máquina está al otro lado de la mesa y me mira.
-¿Dónde me siento yo?
Levanto mi dedo corazón sin apartar la mirada del monitor.
-Aquí. Y pedalea.
De repente, el BOFH-Zen me ilumina. Cuando la estupidez llega al cúlmen, cuando el despropósito se desboca, cuando todo parece que va contra la lógica, cuando todo indica que irás a engrosar las listas del paro, entonces, el BOFH-Zen te ilumina. El BOFH-Zen es el camino.
EL BOFH-Zen es el camino.
Recojo mi dedo y marco el número de mantenimiento.
-Toma, pide mobiliario aquí.
-Vale-. Espera hasta que descuelgan.- Hola, soy el nuevo director de informática – toma cargo – y necesito muebles para mi oficina -sí, sí, toda tuya, majo, te vas a hartar..- Necesito una mesa grande, un sillón de respaldo alto, reposapies, un archivador, una mesita auxiliar, cenicero, algunos cuadros para decorar esto y una lámpara de pie. Gracias. Muy amable.
-Hala, te lo traerán enseguida, ¡a que si!
-Sí, además es un hombre muy educado. Me ha tratado muy amablemente.
Si no conociera al de mantenimiento, pues vale. Pero es que le conozco. Es lo más parecido a un BOFH pero sin ordenadores de por medio.
Al ratito llega el de mantenimiento con una silla en los brazos. Una raquítica silla de oficina de las de toda la vida. Además, ésta tenía toda una vida. Se le salía la espuma por las costuras, el asiento era verde y el respaldo de un rojo desvahído. Le faltaba una rueda y tenía flojo el pistón hidráulico que regula la altura. Un lujo.
Pero la mesa era aún mejor. La traían dos mozos de almacén a cuestas. Tres tablas de madera, diseño minimalista y moderno. La soltaron en el suelo delante de mi mesa.
-Aquí tiene el señor lo que ha pedido-. Dice el de mantenimiento.
-¿Yo he pedido esto? ¿Me estás tomando el pelo?- El máquina parece algo disgustadillo. Yo me acomodo en mi silla para disfrutar del espectáculo.
-Usted, señor director de informática, ha pedido mobiliario y le traemos el mobiliario del que disponemos. Si desea algo más acorde a su posición, deberá pedirlo directamente al $Boss.
-Bueno, bueno, con esto me tendré que apañar, qué remedio-, asume El Máquina resigando. Se apoya en la mesa e intenta abrir un cajón de la mesa. En ese momento, el panel lateral de la mesa cede y se desencola. La mesa cae al suelo y El Máquina va detrás, con el cajón agarrado en la mano. Bella estampa.
-¡Joder! ¡Mierda de mesa!
-Naaaada, no ha sido naaaada-, dice el de mantenimiento.- Deja, que le pongo un par de escuadras y esto queda como nuevo.
Se saca el cabrón dos escuadras del bolsillo y las atornilla en un pispás por debajo de la mesa.
-¿Dónde quiere el señor director que le coloquemos la mesa?
-Mmmmm… Aquí-. El máquina ha escogido un lugar estratégico. Como a dos metros de mi mesa. Señala la posición de la misma de manera que ni yo, ni nadie que mirase por la ventana viese lo que tiene en la pantalla de su ordenador.
-Pues va a ser que no-. Replica el de mantenimiento meneando la cabeza.
-¡Pero bueno! ¡Esto ya es el colmo! ¡Me traes una mierda de mesa, una silla asesina y aún me dices que no puedo ponerla donde yo quiera! ¡Ahora mismo hablo con el $Boss! ¡Wardog, dáme el teléfono!
-Todo tuyo.
Marca la extensión del $Boss.
-Sí, mira, $Boss, es que el de mantenimiento me está vacilando. Ni me deja poner la mesa en el lugar adecuado, me ha traído unos muebles de mierda y no tiene respeto ninguno. Sí, te lo paso-. Tapa el micrófono del teléfono y se lo pasa al de mantenimiento.- Hala, a ver qué le dices.
-Dígame, $Boss. Aham. Cierto. Así es. Pues porque no hay más muebles y usted dijo que no se compra nada, que se aprovecha todo. Aham. Pues eso. ¡Ah! ¡Sí, claro! No, le digo que no se puede poner ahí porque resulta que quiere ponerse de cara al armario empotrado donde guardan los archivos de contabilidad. Aham. Y además se ve que no va a querer enchufar nada, porque el enchufe más cercano está en la pared de enfrente, como a cuatro metros y no es cuestión de andar tirando alargaderas para que se mate alguien. Nada, nada, no pasa nada. Hala, hasta luego.
Le devuelve el teléfono a El Máquina.
-Que te vas a poner allí-. Señala un lugar cerquita de mí. Oigs, lo bien que lo vamos a pasar, tonta.
-Bueno, lo que sea.
Le colocan la mesa y se van silbando con las manos en los bolsillos como si no hubiese pasado nada.
El Máquina se sienta en su nuevo puesto de dirección, bastante más cutre que el de su subordinado. Apoya los codos en la mesa y entrelaza las manos. Muy profesional, muy experto, muy digno. Lástima que fallase en ese momento el pistón de la silla y se quedase con la barbilla a la altura de la mesa.
-Bueno-, dice, como si no hubiese pasado nada. – Vamos a empezar a trabajar.
-Ansioso estoy.
-¿Qué tienes que hacer ahora?
-Lo que tú me digas. Ya te he creado un usuario de administrador para que puedas gestionar a gusto. Mira, se entra así, y ahora metes el usuario y la contraseña que es esta.
-Ah, muy útil, sí. Muy bien pensado, pero no hagas estas cosas por tu cuenta sin consultarme. Tengo que estar enterado de todo. ¡De todo!
-Vale, vale, no te sulfures. ¿Y ahora qué hago?
-Tú a tu marcha.
-No, hombre, algo tendrás que hacer, ¿no?
-Pues antes sí, pero como tú tienes que gestionar el chiringuito, pues lo que tú me digas.
-No, no, tú a lo tuyo. Dedícate a tus labores.
-Eso hago, a lo que mi superior en rango me diga. No puedo yo ir decidiendo por ahí lo que tengo que hacer, ¡qué falta de respeto para con mi superior, ¿no?
-A ver…pues…¡Ah! ¡Sí! Prepárame un ordenador. Necesito un ordenador.
-Bien, dime, ¿qué prefieres? ¿Quad Core o Xeon? ¿8 o 16GB de RAM? ¿1 o 2 TB de disco duro?
-¡UF! Venga, Xeon, 16GB y 2TB, no sea que se nos quede anticuado enseguida.
-Pues vete pidiéndolo y cuando los recibas, pues te lo configuro.
-¡Joder! ¡Yo pensaba que lo tenías!
-SI tuviese eso iba yo a estar con un Pentium 4 guarreras como éste. Te puedo ceder un Pentium 3 o un portátil Pentium 4.
-Venga, pues me quedo con el portátil, que es más silencioso y me lo puedo llevar a casa para adelantar trabajo.
-Pues bueno, como tú mandes.
Le saco el portátil de un armario y se lo doy.
-Vale, mira. Lo primero que vamos a hacer son órdenes de trabajo para gestionar el tiempo. Cuando alguien llame, se rellena la orden y se decide qué hacemos primero.
-¡Ah! ¿Que tú también vas a dar el callo?
-No, hombre, yo lo que digo es que yo te organizo el trabajo para que seas más eficaz.
-Ya decía yo. O sea, que tú te encargarás de recibir las llamadas y eso, ¿no? Y luego lo organizas todo y yo lo resuelvo, ¿no es eso?
-Err… Sí, eso es, exacto.
Oigs. Pero qué mono. Me ha quitado el Trimpititer de en medio. Esto va a ser coser y cantar.
-Bueno. Pues entonces espero a que tengas las órdenes esas. Voy a echarme un pito mientras, si no te importa.
-No, no, vete, vete.
Si al final va a ser majo y todo El Máquina. Mira, se va a currar un sistema de órdenes de trabajo para agilizar el tema. Qué majo. Y me deja salir a fumar mientras. Me ha gustado. Sólo lo mataré un poco.
Cuando vuelvo de fumar, El Máquina está en su puesto, con el pistón bajado y el portátil en las rodillas. Un cigarrillo humea en un cenicero sobre la mesa.
-Oye, que aquí no se puede fumar.
-El $Boss me ha dado permiso.
-Po fueno. ¿Ya tenemos las órdenes de trabajo?
-Sí. ¿Cómo imprimo?
-Dale al botón de imprimir, está configurada la impresora departamental.
-Vale.
Me voy a por el taco de papelotes, ha sacado 100 copias. Cojo una de la bandeja. En la esquina superior izquierda, el logo de la empresa, ahí, todo digno y corporativo. Debajo hay cuatro frases que rezan:
“Usuario/Demandante”
“Problema/Tarea”
“Diagnóstico y solución”
“Conforme Director de Informática”
Ole con el plan maestro. Esto es un plan de gestión como $Deity manda, sí señor. Esto es tonto de las narices, pero hay que seguirle el rollo. Hala, volvamos a la guarida.
-Bien, pues ya tenemos las órdenes de trabajo-, exclama El Máquina, levantando orgulloso al trasluz su obra, para admirar los colores del logo, supongo.
-Pozí.
-Bueno, pues a trabajar. Ya sabes, todo lo que se haga, con una orden de trabajo.
-Pozi, maehtro.
Me voy a mi sitio y me pongo a revisar el correo. El Máquina se queda en su sitio fumando tranquilamente, exhalando nubes de dirección.
¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin!
¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin!
-¿No lo coges, Máquina?
-¡Ah! ¡Sí! Departamento de informática, le atiende el director Máquina. ¿En qué puedo ayudarle?
Oigs. Si es que da gusto oírle. Qué pompa, qué brillo, qué nivelazo. El director de informática cogiendo el teléfono y orgulloso de hacerlo. No le meto dos hostias porque lo disfruto demasiado.
-Sí. No, es que ahora dirijo yo el departamento-. Me guiña un ojo.- Dígame, qué le pasa. Aham. ¿Su nombre? Bien, dígame, señor Lucky. ¿Cómo? No, no le he entendido. Repítame, por favor. O sea, ¿que el ratón no lo puede mover? ¿Es eso? Aham. Vale, pues ya he tomado nota. Enseguida lo solucionaremos.
Cuelga y me pasa el papelote garrapateado a boli. Le brilla el orgullo en los ojos. Cojo el papel y leo el problema: “No puede mover el ratón”.
-¿Qué significa esto?
-Es lo que el usuario me ha dicho.
-Bueno, bonito parte. Hala, me voy a la guerra.
-Muy bien, recuerda rellenar el parte.
-Descuida.
Me voy donde Lucky, le meto una colleja y quito el ratón óptico de su maravillosa alfombrilla nueva con la imagen de la Santísima Virgen de la Bola de Dragón, de mil colores brillantes, con holograma y todo. Si meneas la alformbrillas, la virgen mueve la mano. Da miedo.
Vuelvo al despacho y apunto en el parte: “Conflicto de hardware ratón-buen gusto” y se lo devuelvo a El Máquina.
-¿Y ésto qué significa?
-Está bien claro, como el problema.
-Bueno, vale.
Hago el amago de sentarme en la silla.
-No te sientes que tenemos más llamadas-. Me dice pasándome un taco de papelotes.- Mira a ver cuál corre más prisa.
-¿Que lo mire yo? ¡Pero si yo no tengo ni idea! ¡Eso lo tiene que hacer por lo menos un director de informática!
-Pero hombre, échale un vistazo, seguro que sabes hacerlo.
-Bueno, bueno, yo lo miro, pero no sé si podré.
“Bolindre, la aplicación de albaranes se ha bloqueado y no deja hacer nada.”
“Bolindre, ha pedido un listado de consumo y tarda mucho”
“Manatibobo, que le grabe un disquete”
“Pollamboca, que el programa de Wardog no saca los pedidos del mes que viene”
“Claridad Divina, que han desaparecido las facturas de exportación desde 2004″
“Misifú, que no se enciende su ordenador”
“Bigote, que las etiquetas le salen impresas por la parte de atrás del papel”
Madre mía. Así escrito parece hasta más idiota que de costumbre. Paso.
-¡Uf…! Pues no sé ni por dónde empezar. Mejor que lo decidas tú que has trabajado en las mejores empresas de la zona.
El Máquina se rasca la barbilla y pasa una por una las hojas. Yo mientras, me estoy cansando de hacer el paripé. No va conmigo. Creo que tengo un plan.
-Mira, lo mejor será que vayas a ver lo que le pasa a Bigote.
-Vale.
Cojonudo. Vamos a darle la vuelta al papel, lo más urgente de todo. La empresa se hundiría si no solucionase eso enseguida. Así que venga, me voy a ver a Bigote.
-OyeMayoralyaquestásaquíarréglamelomío, quenopuedohacernádená.
-Pues no. Si no me lo autoriza El Máquina no puedo tocar nada.
-Perosiesunmomento, sinotecuestanada.
-Que no, coño, que si El Máquina no me manda, no puedo hacerlo. Bueno, Bigote, que ya le he dado la vuelta al papel, imprime a ver si te salen del derecho.
Diez minutos después Bigote ya había sacado las 300 hojas de etiquetas que necesitaba y me dejó marchar. Por el camino, saco el cable de fibra óptica que une unos segmentos de red, no sea que se gaste de tanto estar encendido. Vuelvo al despacho y veo a El Máquina escribiendo a toda velocidad y hablando por teléfono a la vez. Se le ve levemente agobiado. Mola.
-Sí, así que vayamos preparando un listado de royalties del trimestre pasado. Ah, no, de los dos últimos trimestres, sí. Vale, sin problema, Misifú. Sí, sí, muy bien.
Sobre la mesa, un taco de folios escritos. Anda que no le cunde. Bien, vamos al lío.
-Bueno, solucionado. Aquí tienes el parte con la solución. Dame el siguiente en prioridad.
-¡No me agobies! ¡No me agobies! ¡Te esperas!
-Chiiico, cómo te pones. A ver, ¿cuántas incidencias hay? Bah, pero si hoy es un día la mar de tranquilo, apenas 30 llamadas. Venga, va, dime qué es lo siguiente.
-¡Joder! ¡Que no me agobies! ¡Vete a ver qué le pasa a Manatibobo con el disquete y déjame tranquilo!
-Bueno. Voy.
Qué mono, no lleva ni dos horas “trabajando” y ya está de los nervios. Alma de cántaro, no le faltan a este kilómetros. En fin, me voy para el departamento de diseño.
-Buenos díaaaaas, que vengo a grabar un disquete mortal de necesidad. ¿Qué es lo que hay que hacer?
-¿Tú por aquí? ¿Y el señor tan amable que me ha atendido?
-Pues a estas alturas estará tirándose de los pelos, supongo, digoooo gestionando. El técnico amoroso de campo sigo siendo yo, mal que te pese, querida.
-Anda grábame en un disquete lo que han mandado por email.
-Suerte tienes, cordera, de que cumplo órdenes, que si no te veo grabando el disquete con un rotulador permanente.
Le grabo el disquete y me marcho de vuelta. Me meto en el aseo y con el teléfono móvil inicio sesión con el usuario de El Máquina. Detengo los servicios de intranet, impresión y servidor de ficheros, como ya hice antaño. Los clásicos son los clásicos.
Vuelvo al despacho y El Máquina no está. Lo bueno es que el trimpititer tampoco. Me dedico a navegar un rato hasta que vuelva. Al cabo de diez minutos viene por el pasillo cabreado como una mona.
-¡Si! ¡En cuanto tengamos un hueco se lo solucionaremos! ¡No se preocupe, señor Casconulo! ¡No se preocupe! ¡Sí, antes esto se solucionaba en cinco minutos, pero es que ahora seguimos un estricto orden de prioridades! Vale, hasta luego.
-¿Qué hago ahora?
-¡Déjame en paz! ¡Esto es de locos!
-Cheeee, tranquilito no sea que te tenga que calmar como a Hilda.
-Perdona, es que esto es de locos. ¡De locos! ¿Pero cómo pueden haber tantas llamadas? ¡He tenido que imprimir otra tanda de órdenes de trabajo!
-Vaya por $Deity. ¿Y por dónde vamos? ¿Cuál es el plan?
-Deja, deja que me centre… mira, ocúpate tú del teléfono mientras yo me organizo.
-Eso está hecho, hombre.
-Gracias.
Me siento en mi silla y pongo el teléfono a un lado del teclado. El máquina se pone a ordenar papelotes y se pone al ordenador. Cacharrea un rato, desiste y me dice:
-No tengo salida a internet y necesito mirar unos artículos sobre gestión de crisis.
-Ah, vale. Dame una orden de trabajo y te lo hago enseguida.
-Mrbfffgl… Está bieeen… hala, toma, avísame cuando lo tengas.
-Ah, ya lo tienes. En lo que rellenabas la orden lo he hecho.
-La madre que te… gracias.
¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin!
-Sistemas…- El máquina me mira raro. No es esa manera de coger el teléfono. Qué poco profesional.
-Wardog, que no me funciona el…
-No te preocupes, Babacae, que enseguida te llama El Máquina, es que ahora está ocupado.- Le corto mientras enredo con el ratón por la pantalla, haciendo click aquí y allá. El Máquina me lanza una mirada cargada de rencor.
-Vale, pero que no tarde.
_Qué va, no va a tardar nada. Nada de nada. De verdad, pero es que está muy ocupado gestionando. Taluego.
Clic.
¡Trimpitrin! ¡Trimpititrin!
-Sistemas…
¡Wardog! ¿Qué coño estás haciendo?
-Pues justo me pilla que acabo de ponerle internet a mi jefe, $Boss.
El Máquina da un respingo.
-¡Joder! ¡Media empresa parada con problemas de informática y tú jugando con internet!
-Que no, hombre. Que yo estoy a las órdenes de El Máquina, el me va diciendo lo que tengo que hacer primero y yo lo hago, si es muy eficiente, ya tiene rellenas lo menos cien órdenes de trabajo. Ahora sólo tiene que ordenarlas por prioridad. Lo de internet es porque tiene que consultar una página de referencia-. Le guiño un ojo a El Máquina que suspira aliviado al ver cómo toreo al $Boss.- Sí, mire, aquí lo tengo, es una página que se llama “Pornotube punto com” y hay otra que se llama “Petardas punto com”. Y esto parece un foro “Adult Friend Finder”, porque ha iniciado sesión-. El Máquina da un bote en la silla y se queda pálido como la pared. Hago como que no me doy cuenta. Sigo haciendo click como un loco por la pantalla, frenético. – Además que es rápido el hombre, mire, ha estado consultando una página de profesionales de gestión que se llama “Putas punto com” y otra “Tetonas punto com”. Este tío es un crack, lo de tetonas suena a Alemán.
-¿Estás tonto o qué?- Me espeta el jefe por teléfono.
-Ah, no, qué va, estoy leyendo el registro de páginas consultadas de El Máquina, para que vea usted que no está perdiendo el tiempo.
-¡Pero si esas son páginas porno!
-¿En serio? ¡No me diga! ¡Qué barbaridad!
-¡Pero tú cómo le dejas ver esas páginas!
-Ah, yo no sabía nada. Qué se yo lo que hace mi jefe en internet, hombre.
-¡Dile que baje ahora mismo!
-Vale, yo se lo digo.
Clic. El Máquina me mira espectante. Pálido, tembloroso. Me mira en silencio, con la boca abierta.
¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin!
-Sistemas…
-Oye, que se me ha parado el ordenador cuando estaba…
-Ah, vale, es que eso lo tiene que gestionar El Máquina, que es el que corta aquí el bacalao. Luego te llama.
Clic.
-Que dice el $Boss que bajes, que tiene que hablar contigo. ¿Qué voy haciendo yo?
-¡Vete a la mierda!- Espeta mientras mientras le llevan los demonios pasillo adelante.
Apago el teléfono y me recuesto en la silla. Pongo los pies encima de la mesa y enciendo un pitillo. Lo estoy disfrutando a lo grande. Y ahora encima se puede fumar en el despacho.
En esas estoy cuando viene Misifú por el pasillo.
-Hola Wardog. ¿Qué haces?
-Pues esperando a que vuelva el jefe, que está reunido con el $Boss y no me ha dejado órdenes.
-¿Desde cuando acatas tú órdens de nadie?
-Desde que me las imponen por el artículo treinta y trés.
-No me jodas, Wardog. ¿Qué está pasando?
-Nada. Lo de todos los días. Es un día de lo más normal. Lo que pasa es que a El Máquina se le hace un poco cuesta arriba.
-Haz el favor, la empresa está casi parada. Arregla las cosas antes de que esto vaya a peor.
-Pero si va todo de puta madre.
-Wardog, debes tener un poquito de responsabilidad, no puedes permitir que se paren las cosas, o que se estropeen y no hacer nada. Mi ordenador por ejemplo lleva más de una hora parado y no has ido a verlo.
-Misifú, nos conocemos desde hace mucho tiempo. Responsabilidad me sobra. No me toques los cojones. El Máquina está priorizando tareas. Yo las ejecuto. Si no te parece bien, vas y se lo dices al $Boss.
-A ver, Wardog, tú sabes que yo te aprecio- venga, majete, hazme la rosca,- pero es responsabilidad tuya que el sistema funcione, y nunca hemos tenido problemas con eso.
-No. Está claro, nunca habéis tenido problemas con nada. Os habéis podido concentrar en el negocio y olvidaros de la informática. Pero mira, ha venido un consultor y os ha dicho que es un peligro que todo recaiga sobre un sólo par de hombros. Y en vez de traer a alguien para repartir la carga me ponéis un cenutrio para que me vigile. Pues ahora vais a tener que recoger lo sembrado.
Misifú me mira muy serio. Sostengo su mirada. Un leve temblor se aprecia en sus hombros.
-¿Eso es una amenaza?
-No. Es una realidad.
Llega por el pasillo el Máquina. La cabeza gacha, los hombros bajos. Misifú está delante de mí y yo sentado en el borde de mi mesa. Tras él viene el $Boss todo brío, todo mala hostia reconcentrada. Ole. Esto va a ser la bomba.
-¡VAMOS A VER, WARDOG!- grita el $Boss descompuesto.
-Dígame, $Boss-, le susurro con una sonrisa.
-¿Cómo permites que este señor se dedique a mirar páginas porno en plena crisis? ¿Es que estás tonto?
-¿Yo? No. ¿Quién se supone que es responsable de quién?
Silencio triple. El $Boss aprieta los puños. No veas tú lo que está dando de sí la mañana.
-Bueno, vamos a ver. Que El Máquina no pueda ver internet. ¡Y ponéos los dos a arreglar los problemas que hay, que no hay ni Dios trabajando y esto es perder dinero a lo tonto!
-¡Uy! ¿Los dos? ¿Y quién prioriza?
-¡Menos cachondeo, Wardog!-El máquina recula y se encoge hasta casi desaparecer.- ¡Venga, a arreglar todo esto pero ya!
-Vale, vale, ya voy. Hala Máquina, recoge la dignidad y vamos a ver qué tenemos por ahí.
Se van Misifú y el $Boss por el pasillo adelante hechos unos basiliscos. Yo me cojo a El Máquina, que no quiere ni verme. Y es normal, debe estar levemente molesto por ganarse una bronca en menos de tres horas. Priorizar es lo que tiene.
-A ver, machote. ¿Qué sabes hacer?
-¡Oye, que yo sé hacer de todo! ¡Y un respeto que sigo siendo tu jefe!
-Ah, pues venga, prioriza y reparte. ¿Qué me toca?
Revuelve sus papelotes y me da uno de los que él considera difíciles. Listado de royalties. Una cosa complicadísima ejecutar el script. En fin.
-¿Y tú para dónde vas?
-Yo voy a resetear los puntos de acceso inalámbricos, que parece que no conectan con los sevidores.
Lo llevas claro. La fibra óptica sirve para conectar esas cositas y ya red a las que van enganchados…
-Vale, pues vamos al lío.
Él se va por la puerta y yo me lío a ejecutar el script. Otra vez los pies sobre la mesa mientras la base de datos procesa la petición. Definitivamente, esto es vida. Y además monotarea, que es lo cojonudo. Al cabo de quince minutos ya me da vergüenza alargarlo más, envío el informe por correo electrónico y me voy a buscar a El Máquina, a ver cómo lo lleva.
Bajo al almacén y me lo veo con el $Boss. Están discutiendo.
-¿Pero cómo que no sabes qué le pasa a esto? ¡Tengo a todo el almacén parado que no pueden encontrar nada y tú me dices que lo vayan buscando estantería por estantería mientras lo arreglas! ¿En un almacén de 300.000 metros cuadrados a siete alturas? ¿Estás tonto o qué?
-Buenaaaaas…
-¿Y tú qué haces aqui?
-Nada, que como ya he terminado con lo mío y vengo a ver si puedo echarle una mano a mi jefe. ¿Qué pasa?
-Pues parece ser que el direccionamiento IP se ha corrompido por culpa de la encriptación defectuosa WEP/PSK-, proclama el tío con una convicción que da hasta miedo. El $Boss parece que se calma un poco.
-¡Anda! ¡Que putada! ¡Ahora habrá que redireccionarlo todo! ¿No?
-Sí, claro… no queda más remedio…
Me pican en el hombro por detrás. Es Bolindre.
-Perdonadqueosmolesteperoesque salíayoatomarmeuncaféporque comonopuedotrabajarporquenohay conexionymeaburríayteníayatodos lospapelesrecogíosyalpasarporelarmario esedelaslucecitasquehayenlanave hevistouncablenaranjacolgando yhepensaoquelomismolehandaoungolpe yellíovienedeahí.
-¿De verdad?
-¡Voy a ver!
Salgo detrás de Bolindre, y detrás de mí viene mis dos jefes. Mi histérico luser lleva hasta el armario de conexiones, y efectivamente, el cable está colgando. Justo como yo lo dejé. Lo conecto y todo vuelve a funcionar en un breve lapso.
-Mira a ver si esto funciona, Máquina-. El tío enciende el PDA que había quitado a un jefe de almacén y hace ping y todo. Una maravilla.
-Sí, parece que ya funciona, sí… es curioso, tenía toda la pinta de un direccionamiento IP corrupto.
El $Boss lo mira con una ceja levantada. Y se marcha bufando a grandes zancadas. A este hombre un día le da un infarto. Fijo. El Máquina se pone aún más nervioso de lo que estaba.
-¿Ya… ya has terminado todo lo que había pendiente?- Pregunta esperanzado.
-Ah, no. Sólo he termiando el listado que me has encargado. Vamos para el despacho y seguimos cogiendo tareas.
Veo cómo el mundo le pesa sobre los hombros y comienza a andar arrastrando los pies. Yo le acompaño ufano a un lado. Coño, ya que estamos aquí…
-¡Uy Máquina! ¡Voy al lavabo de fábrica, que me meo! ¡Ve subiendo tú si eso!
-Vale, no tardes.
-Nada, dos minutos.
Me marcho corriendo con las manos entre las piernas. Me meo. De la risa. Dejo los servicios a un lado y sigo a toda leche hacia el cuarto de contadores dando un pequeño rodeo para pasar por el ángulo muerto de la cámara de seguridad. Bajo el diferencial de los SAIs de los servidores. Deshago el camino a la carrera y me voy para el despacho. Recupero el resuello y entro tranquilamente.
-Ya estoy aquí, Máquina. Vale. A ver… mira, ya he repartido esto. Tú tienes que ir a ver a Claridad DIvina, que le han desaparecido unas facturas, cuestión de poco; yo mientras voy a ver a Pollamboca que no le funciona internet.
-No, si Pollamboca no accede a internet, se lo corté. Ahora sólo accede a intranet.
-¡Será lo mismo!
-Pues no, pero tú a tu rollo.
Me voy a ver a Claridad Divina y saco las facturas de histórico con gran esfuerzo y una gran instrucción SQL que siempre tengo a mano. Una cosa espectacular. Me vuelvo para el despacho y el Máquina sigue liado con Pollamboca. Pues nada, trabajito bien hecho… cigarrito pal pecho. Veamos cómo va la carga de los SAIs… ah, pues bien. 80%. Son la bomba estos cacharros. Aguantarán un par de horas más.
Me aburro de esperar y voy al despacho de Pollamboca.
-¿Qué pasa Máquina? ¿No se deja?
-¡Qué va! ¡Esto no entra ni en google ni en nada!
-Qué manía le tienes a la intranet, chico. Dale a la casita.
Le da al botón de home y carga la página principal de la intranet.
-¡Esho! ¡Esho esh lo que yo querlía!
El máquina se queda pasmado y sale por la puerta. Parece pensar que todo esto es cosa de locos. No entiende nada.
Volvemos al despacho y coge otros dos papeles. El teléfono sigue apagado. Ya sólo nos quedan 90 hojitas de nada. De aquí a mañana nos hemos hecho la mitad. Y me estoy empezando a aburrir.
-Hala, dame otra hoja de esas.
-A ver…- revuelve una vez más las hojas. Lo bien que prioriza el tío.- Para tí… arreglar el PC de Misifú. Y para mí, el listado de clientes este… dice… clientes con un consumo superiora 20.000€ en el tercer trimestre de 2001 a 2008.
-¿Seguro?
-Sí, hoy las máquinas están contra mí, prefiero un poquito de Access.
-Tú mismo.
Access, dice. Aquí de eso no comemos, pero bueno, sé feliz. Ya me estoy cansando. Me cojo un destornillador y me largo a ver a Misifú. Llamo a la puerta y entro. El hombre está ordenando papelotes.
-¿Ya vienes a arreglarlo?
-Sí, ya me ha dejado venir El Máquina.
-Perdona si he estado un poco brusco, pero es que la gente está muy nerviosa, porque hay mucho trabajo y no funciona nada.
-Qué curioso, ¿no?
-¿A qué te refieres?
-Hombre, entre tú y yo, un incompetente es para siempre- le digo con voz sexy.- ¿Qué te podías esperar?
-Ya, pero como es amigo de $Bossson…
-Pues eso, que asi os luce el pelo.
-¿Pero tú estás a gusto?- Me dice entre asustado y gilipollas.
-¿Yo? De puta madre. Sin responsabilidades se vive mejor.
-Hombre, no quiero que dejes todas tus responsabilidades porque tengas un jefe.
-¿Cuánto cobra ese?
-¿El Máquina? No te puedo decir, no lo sé.
-Pero yo sí te lo puedo decir. Bastante más que yo, he consultado la base de datos de personal. Y mira, eso me toca bastante los cojones. Pero bueno, vamos a dejarlo estar, que tenemos mucho trabajo y yo muchas cosas que hacer.
Me meto debajo de la mesa para sacar el ordenador y de repente lo veo todo claro. Aunque parezca mentira, la salida está aquí, combinada con mi poco conocida fuerza bruta.
Afianzo un pie y una rodilla en el suelo. Coloco las manos formando un puño doble y lo coloco por encima de la cabeza. Me levanto bruscamente y lanzo un puñetazo con todas mis fuerzas al tablero de la mesa. El estruendo es considerable. Comienzan a caer cosas por los bordes de la mesa, el monitor se vuelca y Misifú viene corriendo a ver qué ha pasado.
-¡¡Jodeeeerr!! ¡¡Qué dañoooooo!!
-¿Que ha pasado?
-¡Jodeeeer! ¡Que cabezazo Dios! ¡Jodeeeeer!
-¿Te has dado en la cabeza?
-¡Que sí joder! ¡En toda la cabeza! ¡Dios! ¡Me ha dado un calambrazo y me dado una hostia al apartarme! ¡Diooooosss!
-¿Te encuentras bien? ¿Te llevamos al médico?
-Sí, creo que estoy bien, sí…- le digo y me levanto del suelo frotándome la cabeza- la tengo dura, creo que sólo es un chichón.
-¡Menos mal! Los golpes en la cabeza son malísimos-. Que se lo digan a la plantilla, que de pequeños no paraban.
-Hostias, pues no estoy bien. Me mareo, me mareo… – y me siento en la silla con la cabeza agachada. Si de sysadmin no me renta, como actor no tengo precio.
-Espera, que te llevo al médico.
-Pero con todo lo que hay que hacer…
-Vamos al médico, venga.
-Pero avisa a El Máquina, que sepa que voy al médico, para que se encargue de todo.
-Espera aquí, espera…
Al cabo de un rato vuelve Misifú.
-Venga, vámonos. El Máquina es un buen tío, se ha ofrecido a llevarte él mismo-. Los cojones, ese lo que no quiere es quedarse sólo. Me parto.
Me lleva al centro de salud. Me miran la cabeza, pero no tengo nada. Afortunadamente no me miran los nudillos. Me preguntan si me duele y digo que sí. Me hacen una radiografía y como no ven nada, me mandan para casa a descansar un par de días y unas pastillas para el dolor. Misifú me lleva a casa y me desea una pronta recuperación.
Aaah, me siento en el salón y enciendo la consola. A los diez minutos suena el teléfono. Killminds. Lo cojo y pongo voz de dolorido.
-Wardog, qué tal estás, ¿macho?
-He tenido días mejores, Máquina.
-Qué mala suerte. Mira, perdona que te moleste, pero es que tengo un problemilla con el Access. Es que no veo la base de datos…
-Es que no usamos Access. Tienes que usar el cliente de SQL. En mi escritorio hay un acceso directo para entrar por Telnet al servidor de UNIX, desde ahí puedes usar el cliente SQL.
-Ah, vale, gracias.
Cuelgo y sigo con la partida. Este va a saber sacar el listado mañana. O pasado. O nunca. Al momento vuelve a sonar el teléfono. Lo cojo de nuevo.
-Dime, dime…
-Perdona que te moleste otra vez…¿Cómo usáis en Killminds el SQL?
-Pues como en todos lados. Mira, en el armario tienes el listado de tablas, y una referencia SQL rápida que escribí para becarios. O mejor, mira, apunta lo que tienes que hacer y ya está.
-Espera… vale, dime.
-Primero inicias sesión en el sistema como root- con dos cojones.- Apunta la clave. Ahora escribes…
Le relato todo el proceso. Desde acceder a la base de datos hasta exportar el resultado a un fichero de texto plano que dejaremos en el directorio de la base de datos, para que luego lo importe fácilmente en Excel. Le deletreo toda la instrucción SQL para hacer lo que le piden. El tío se queda tan conforme. Obviamente podría haber hecho la consulta con el cliente gráfico para consultas, pero esto va a ser mucho más divertido.
-… y cuando termines, ya sabes, te copias el fichero, lo puedes coger con el navegador de Windows, pero no lo puedes borrar. Para borrarlo, sales del cliente de consultas y con la instrucción “cd” vas entrando en las carpetas, hasta que llegues a la de la base de datos y borras el fichero txt y a correr.
-Vale, vale, muchas gracias, Wardog. Es que no sabía si aquí usábais el “where” o no. Pero vamos ,que tranquilo porque el MS-DOS este me lo controlo.
-Hala, me voy a echar un poco, tío- una partida que te cagas. Y una cervecita.
-Sí, no te molesto más, que descanses.
Hala, ahí le dejo, la va a liar parda. Fijo. Está manipulando material inflamable y aún no lo sabe. Vuelve a sonar el teléfono. ¿Pero no decías que no ibas a molestar? ¡MWAAAHAHAHAHAAAA!
-Hola Wardog, es que tengo una duda.
-Mffff.. dime, dime…
-¿Estás bien?
-Sí, pero parece que me va a explotar la cabeza. Dime, qué problema tienes.
-Que la orden “del” no funciona. ¿Qué versión de MS-DOS es esta?
-No, no es “del”. ¿Estás en la ruta de la base de datos?
-Sí, sí.
-Pues escribe erre, eme, espacio asterisco…- finjo un ataque de tos.
-Hala, pues ya está… – Gotcha.
-… punto té equis té… ¿cómo que ya está?
-Claro, rm *, como me has dicho. ¿Tenía que escribir lo demás tambien?
-¿Tú sabes lo que has hecho? ¿Lo sabes?
-Borrar el ficherito de la consulta, ¿no?
-¡Te has cepillado la base de datos completa, gilipollas!
Clic. Le cuelgo el teléfono y me parto de la risa. Esto es lo que le faltaba. Me preparo algo de comer y al poco vuelve a sonar el grillo. Killminds. Coño, que estoy malito, hombre.
-Dígame…
-Wardog, que soy Misifú. ¿Estás mejor?
-No, sigo mareándome al incorporarme.
-Vaya, cómo lo siento… es que parece ser que se ha caído la red, porque a la gente le da un error al entrar a la aplicación y no va nada.
-Pues chico, yo que sé… No estoy yo para pensar mucho. Que lo mire el Máquina.
-Vale, vale.
Cuelgo de nuevo. Vuelve a sonar. Lo cojo. Soy un tío esforzado.
-¿Sí?
-Wardog… mira, que esto es un marrón enorme, tío. El programa de gestión no va, yo creo que es porque he borrado la base de datos.
-Seguro que tiene mucho que ver.
-¿Hay copias de seguridad?
-Sí, claro.
-¿Dónde están?
-En la caja fuerte, los disquetes esos gordos que decías. Que te la abra Misifú.
-Ah, menos mal, tío. Oye, y ¿qué es ese pitido constante que hay en el cuarto de los servidores?
-Yo qué sé.
-Bueno, voy a restaurar la copia de seguridad a ver si esto echa a andar. Gracias, ¿eh?
Cuelgo, termino de comer y me echo un rato la siesta. No vuelve a sonar el teléfon en toda la tarde. Y mañana, día libre.
Al día siguiente me despierta el teléfono. Lo cojo adormilado. Es misifú.
-¿Wardog? ¿Qué tal estás
-Mejor, ya no me mareo.
-¿Vas a poder venir hoy a la oficina?
-Sí, venga, me ducho y voy para allá.
Me ducho, me visto, desayuno en el bar tranquilamente y me voy para la oficina. Subo a mi despacho y me encuentro todo por allí tirado. Parecía un hospital robado. Cintas DAT por todas partes, todos los papeles revueltos, los manuales fuera de su estantería. Entro en el cuarto de servidores y hay más cintas DAT desperdigadas y todo apagado.
Me voy para el despacho de Misifú a preguntarle qué ha pasado.
-¿Cómo os habéis apañado para meter un tornado en mi despacho?
-No, si no es eso. Es que dice El Máquina que se tiene que haber quemado un cable de la luz y que no hay corriente.
-Vaya por $Deity. ¿Y dónde anda mi jefe?
-¿$Boss? Está en su casa, hoy no ha venido.
-No, El Máquina.
-Ah, bueno… pues ayer se fue de aquí cerca de las ocho y tuvimos una reunión con el $Boss…
-¿Y?
-Pues le dijo que él no podía estar tanto tiempo aquí y dejar desatendido su negocio, que lo sentía mucho, pero que este trabajo le iba a exigir demasiado tiempo y que además no era lo que le habían prometido; que él venía a dirigir un departaento, no de técnico.
-¿Así que ha dimitido?
-Sí, me temo que sí.
-¿Y no vais a contratar a nadie para que me dirija?
-No, por ahora no.
-¿Otra vez me quedo sólo?
-Sí, me temo que sí…
-Bueno… qué le vamos a hacer…
-Ya lo siento, ya…
-Yo no. Hablemos de dinero, majete…
Juego a ratos... 😉
13 diciembre, 2008 a las 18:37 #53433Es un poco largo, pero engancha y no tiene desperdicio:
En tiempos de crisis, el beneficio es para los osados. Y mi jefe es tan osado que ha contratado a un consultor por chopocientos euros la hora para que le diga qué es lo que está mal en esta empresa.
Mira que yo a los consultores no me los creo mucho, pero éste parece ser de los pocos que pueden ser medio eficientes y que se preocupa por su trabajo. Parece que sabe lo que se hace. El primer día que me lo encontré (hace unas tres semanas) el tío era un ser bien peinado, traje negro, bonita corbata, maletín, zapatos relucientes y afeitado impecable. A su lado, yo con pelo de un mes, barba de cuatro días, vaqueros, camiseta y deportivas parecía un mendigo. Y el ordenador que llevaba debajo del sobaco otro.
El caso es qu este hombre se ha incrustado en la empresa. Ahí está el hombre intentando entender cómo se trabaja por aquí. Y poco a poco, conforme pasaban los días, la gomina iba a menos. El saludable color de cara se iba tornando cetrino, los zapatos ya no brillaban tanto, el maletín tenía obesidad y se apreciaba cierto temblor en sus manos.
El muy inconsciente decidió que lo mejor era entrevistar a los responsables de los departamentos, así que el muchacho los fue llamando uno por uno. Por alguna razón que desconozco, a mí me tocó el último. Ese día yo llevaba una camisa por fuera, un pantalón claro y botas. Mi pelo seguía sin cortarse y la barba era de sólo dos días. Tenía la camisa manchada de tóner de desatascar medio paquete de folios de una máquina y lucía tres bonitos manchurrones negro, azul y amarillo. Aún así, tenía mejor aspecto que el difunto que sostenía aquella bonita PDA.
-Mmmm… buenos días- me dice con tono cansado. Algo en su mirada me dice que desearía ser un humilde campesino en una plantación de café de Colombia.
-Nosdias-, replico en tono jovial.
-Siéntese, por favor.
-Gracias.
-Verá, don… espere, creo que tengo su nombre por aquí… don…
-Wardog. Me llamo Wardog, no hace falta que busque, esa me la sé.
El pavo sonríe.
-Es usted el primero que no se espera a que encuentre las notas.
-Como me siga usteando me van a salir más canas. Tutéeme, por favor.
-Perfecto, tutéame tú a mí también. Me llamo Sinforoso-, y me tiende la mano. Se la estrecho y en su cara parece que aparece algo de vigor. No porque yo le estreche la mano, sino porque antes de ver a un ser humano han pasado por su despacho Rasillona, Culosponja, Pollamboca, Misifú, Lavane, Bolindre, Bigote, Lucky, Fica, Caracoz y no sé cuántos más. Parece ser que aquí todo el mundo es encargado de algo.
-Muy bien, Sinforoso, pues tú dirás.
-Verás, se trata de unas preguntas muy sencillas, para saber qué trabajo hace cada uno e intentar optimizar recursos y tareas y…
-Pues lo llevas claro.
-¿Perdona?
-¿Tú sabes dónde te has metido?
-¿Por qué lo dices?
-¿Has entrevistado a Lucky? ¿Y a Rasillona?
Una sombra vela su mirada y el peso de sus hombros le encorva la espalda hacia delante.
-Sí, sí… los he entrevistado… de hecho tú eres el último.
-Ya veo. Si me hubieses entrevistado a mí primero, habrías tardado mucho menos. Apunta ahí:despedir a toda la plantilla y contratar personas. Hala, solucionado.
Me lanza una mirada severa que no puede ocultar una amplia sonrisa.
-Esa no es la manera, hombre. Tenemos que optimizar los recursos de los que disponemos. Si no te importa, empezaremos con la entrevista.
-Perfecto.
-Bien. Primero, dime qué puesto ocupas en la empresa.
-Puta.
-¿Puta?
-Sí, lo mismo te plancho un huevo que te frío una corbata. Soy el informático.
-El responsable del departamento de informtaica, ¿no?
-Y de la guardería.
-Bien, resume en un par de frases cuáles son tus funciones.
-Mantener una mierda de equipos en una mierda de red y evitar que los usuario se hagan caca mientras intentan adivinar cómo hacer su trabajo.
-Vaya, original forma de verlo.
-No. Realista.
-Bien, bien… dime, ¿qué empresa gestiona la red?
-Nosotros.
-Aham. ¿Qué empresa se encarga de las reparaciones de los equipos?
-Nosotros.
-Vaya. ¿A qué empresa se le compran los programas de gestión, me refiero a ERPs, CRMs…?
-Ah, sí, los de gestión se le compra a la empresa Chachiquemola INC., pero aquí hacemos alguno satélites que complementan la solución.
-Bien. ¿De qué empresa es la intranet?
-De Killminds. Desarrollamos y mantenemos nuestra intranet.
-Vaya por Dios. ¿Y el soporte? ¿Tambien en Killminds?
-Claro, hombre.
-¿VPN tenéis? ¿Teletrabajadores?
-Sí, y también le damos nosotros el soporte.
-Vale, bien, bien…y dime ¿Cuántas personas hay en el departamento de informática?
-Estás hablando con el departamento de informática.
-Pero…aquí me figura que sois dos personas- me dice revolviendo papeles- tú y un tal… Pequeño Pokémon Dorado.
-Ah, sí. Es cierto. El PPD. Estaba conmigo y un día le dijeron que se pusiera a picar pedidos o no le renovaban el contrato. Desde entonces no he vuelto a saber de él. Sospecho que Pollamboca se lo ha comido.
Se lleva las manos a la nuca y se la frota vigorosamente.
-Bien. Así que llevas toda la informática y todo el soporte. Aproximadamente, ¿cuántas intervenciones tienes en una jornada típica?
-Pues no sé.Jornadas típicas no tengo. Pero vamos, del orden de 4 o 5 por usuario.
-¿Al día?
-Claro. Eso cuando están de buenas.
-¿El sistema es inestable? ¿Hay carencias?
-El sistema es lento. Carencias hay de máquinas y de recursos, pero lo que hay de verdad inestable son los usuarios. Eso si que es material inflamable.
-Y si hay una crisis, ¿qué haces?
-¿Por ejemplo?
-Se rompe un servidor y tienes a diez usuarios parados esperando asistencia. ¿Qué haces primero?
-Morder a los usuarios, y luego arreglar el servidor.
-¿Y si es un usuario crítico?
-De eso no hay.
-Hombre, alguno habrá cuyo trabajo sea vital para el correcto funcionamiento de la empresa.
-Seguro. Pero no trabajará en esta empresa. Tú los has entrevistado a todos, ya sabes de qué palo van.
-Si, ya… bien, bien… Imagínate que te pones enfermo. ¿Quién hace tu trabajo?
-Nadie.
-¿Y si estás enfermo y no vienes a trabajar, y un usuario necesita asistencia?
-Me llaman al móvil, yo les mando a tomar por culo y se quedan sin trabajar. Estoy enfermo.
-Vaya por $Deity. Al menos tienes buena salud.
-No. Tengo una mala salud de hierro. Pero sigo vivo.
-¿Y cómo te organizas el tiempo para que puedas hacer todo?
-No sé. Si no llaman, trabajo. Si llaman, no trabajo y me dedico a hacer el tonto por orden presidencial. He desarrollado una extraña capacidad de dejar tres cosas a medias y saber perfectamente por dónde voy en cada una de ellas.
-¿Y cómo es una llamada típica?
-Estúpida.
-No, me refiero a que me digas por ejemplo… la última llamada que has recibido.
-Era Lucky. Que le va a hacer un abono a un proveedor porque nos ha bajado el precio de los consumibles. Que le dijese a qué precio lo estábamos comprando el año pasado.
Sinforoso bizquea.
-¿Cómo? ¿También te encargas tú de las compras del departamento?
-Claro. Tú no sabes lo difícil que es para Lucky leer lo que escribo en la hoja de pedido y llamar por teléfono para pedirlo. Eso lo tiene que hacer un informático, igual que puntear albaranes y facturas de informática.
-Dios… ¿alguna tarea más?
-Preparo informes, interpreto informes, resumo informes, envío emails por encargo, busco cosas en internet, preparo mapas de ruta, configuro GPSs, libero iPhones, hago facturas, pedidos o albaranes rebeldes y/o difíciles, sirvo de corrector ortográfico, configuro las cámaras de seguridad, compruebo grabaciones de las mismas bajo petición, instalo tiendas, formo al personal, hago auditorías de usuarios bajo petición presidencial, pulso F5 a los usuarios, les ayudo a razonar y les llevo de la manita a hacer pipí. Seguro que se me olvida algo, pero bueno.
-¿Como crees que podria mejorar tu trabajo?
-¿Cuánta sangre se me permite en la respuesta?
-No, hombre, me refiero a que me digas qué podría hacer tu trabajo más llevadero.
Ya. Que te haga el trabajo. no creo.
-¿Esta pregunta se la has hecho a los demás?
-Sí.
-¿Y qué han contestado?
-Pues de todo. Que si más luz en la oficina, que si hilo musical, que si pausas de 15 minutos para fumar cada hora, que si horario flexible, que si teletrabajo, que si mejores equipos o mejor mobiliario…
-Joder, aún se quieren tocar más las pelotas.
-A mí me parecen propuestas razonables.
-Y a mí que llevas demasiado tiempo aquí. No sé, chico, con lo que te he dicho te haces una idea. A ver si averiguas qué es lo que le hace falta a esta empresa. Te daré una pista: no es el hilo musical.
-Hombre, alguna sugerencia tendrás, ¿no?
-No, si no se permite sangre. Apunta ahí que me niego a responder a esa pregunta y ya está.
-Bueno, vale, no pasa nada. Un placer, Wardog- me dice extendiendo la mano y levantándose de la silla. Me levanto yo también, le estrecho la mano con la famosa Pinza-Espachurradedos. Una lagrimilla pugna por saltar de sus ojos e intenta apretar un poco, como mandan los cánones, pero toda resistencia es fútil. Estrujo un poco más y me acerco a su oído.
-Igualmente. Y sal a que te dé el aire. Te estás empezando a parecer a estos capullos. Si no desarrollas los anticuerpos necesarios, te conviertes en uno de ellos.
Me marché hacia la puerta y cuando me giré al cerrarla, Sinforoso se frotaba la mano mientras miraba al infinito por la ventana.
Días despues de mi entrevista con Sinforoso, más una mañana con el muchacho a cuestas viendo cómo hacía mi trabajo, hinchándose a tomar notas, preguntando cosas como “¿de verdad te ha llamado porque no tiene el ordenador encendido?” o “¿cómo es posible que tengas que sacar tú un simple informe de ventas?” o la manida “¿te ha llamado tres veces Lucky para que le recuperes un documento que no ha guardado?¿De verdad?”.
En fin, el consultor hizo su trabajo creo que concienzudamente, elaboró su informe, tuvo reunión con los directivos y propuso algunos cambios.
En lo que a mí respecta se dijo algo parecido a “como a Wardog se le crucen los cables y se vaya, jodidos vais”, según Misifú. Según mi opinion era más bien “O metéis a uno para que sepa hacer lo que hace Wardog u os la juega en cuanto os descuidéis”. Y sinceramente, me parece algo de lo más sensato.
Así que Misifú me llamó a su despacho para decirme que una vez más, seremos dos en el departamento de informática. Uno que se ocupe del trabajo de campo y otro que dirija el departamento. Y a mí que me pareció de puta madre.
Ese mismo día, al salir de la oficina, estaba el jefe trasegando un puraco sentado en el mostrador de recepción. Me para al salir y me dice:
-Bueno, Wardog, mañana viene el otro informático para empezar a trabajar.
-Joder, eso sí que es velocidad. Bueno, pues me parece estupendo, ya iba haciendo falta.
-No sé para qué, pero bueno. A ver si así funciona esto mejor.
-Ea, pues hasta mañana pues.
Marché para casa como cada día. A la mañana siguiente, al llegar a mi despacho tengo una nota que dice “reunión a las diez en el despacho del jefe”. Vale, pues ya llego media hora tarde. Voy al despacho del $Boss y me lo encuentro más solo que la una, con un cafetito en la mano.
-Buenos días.
-Buenos días.
-Llegas tarde, la reunión era a las diez. Si se te dice a las diez, es a las diez.
-Lo siento. ¿Ya se ha marchado el informático nuevo?
-No, no ha llegado todavía.
La confianza con los de casa da ascazo.
-Vaya. ¿Esperamos?
-Claro, hombre.
-Bueno. Esperemos.
Voy a por un café y me bajo de nuevo al despacho. Cuando llego ya está allí Misifú y alguien sentado a la mesa de reuniones de espalda a la puerta, charlando con Misifú.
-¡Vamos Wardog! ¡Que siempre llegas el último, joder!
Tiene huevos la cosa.
-Sí, vicios que tiene uno. Y además, técnicamente es cierto.
-¿Comenzamos ya o qué?
Me acerco a una silla y voy a saludar al nuevo. Extiendo cortésmente la mano y la recojo instintivamente como si me hubiese dado un calambrazo. La habitación se volvió oscura de repente, todos los sonidos me llegaban amortiguados, las sienes me latían con fuerza. Empecé a ver puntitos negros y sentí cómo de repente la sangre abandonaba mi cara para agolparse en los cojones y rebotar de nuevo. Recobré la compostura, me pellizqué un pezón para comprobar que no estaba teniendo una pesadilla. No, no estaba dormido.
-¿Qué coño hace aquí El Máquina?- dije mirando alternativamente a Misifú y al $Boss.
-Hoy se incorpora al departamento de informática.
-No, tiene que que ser una broma. Y macabra además. ¿Qué día es hoy? ¡No recuerdo haber celebrado la Navidad ni nada de eso!
-¿Qué cojones te pasa, Wardog?
-Que no quiero que este chapuzas toque uno solo de los equipos. Ni uno solo. Por el amor de $Deity, ¿es que habéis perdido el juicio?
-¡Oye, Wardog, un respeto, que estoy delante!
-Ya, si te estoy viendo. Pero chico, no es nada personal. Es sólo que no tienes ni puta idea.
-¡Oye! ¡Que llevo años con un negocio de informática y tengo más experiencia que tú pero con un cacho! ¡Será posible el niñato!
-Wardog, te estás pasando.
-Que no. Que no y que no. Que no quiero a El Máquina a mis órdenes. Que este me enchufa las impresoras a las placas solares sin anestesia. Que no me da la gana. Yo no puedo trabajar con este señor. Con todos los respetos. ¡Pero si no sabe ni montar un PC a derechas!
El $Boss parece entenderlo por fin, porque se reclina relajado en la silla. Misifú mantiene firme su postura de maniquí. Antes de dar su opinión esperará a ver qué bando lleva las de ganar, si la coalición $Boss-El Máquina o el solitario comando Wardog. Luego se unirá a los vencedores.
-Si es por eso tranquilo, porque El Máquina no va a tocar ni un solo ordenador. Él viene para dirigir el departamento de informática.
El Máquina junta los dedos al estilo del Señor Burns y descansa la espalda sobre el respaldo. Una sonrisa autocomplaciente se dibuja en su cara triunfante. Me doy cuenta de que tengo la boca totalmente abierta y que mi mandíbula descansa sobre mis pies. Recojo la mandíbula, pero es inútil.
-¡MWAAAAHAHAHAHHAAA! ¡JAJAJAJA! ¡AAAAHAHAHAHAHAHAAAAAA!
Me empiezo a descojonar largamente. Esa risa sincera que te hace saltar las lágrimas y te quita la respiración. El Máquina pierde su pose victoriosa y el $Boss los nervios.
-¡Ya está bien, joder! ¡Éste es tu superior y tendrás que respetarlo como tal!
-Mire…aigs… jajajaja… que a mí me da igual estar a las órdenes de quien sea. Pero que sea más competente que yo. O que al menos sepa de qué habla. Pero perdóneme, no sé cómo se le ha podido ocurrir contratar a El Máquina para dirigir nada.
-Mira, muchacho- me dice el $Boss-, conozco a El Máquina desde hace muchísimos años, siempre andaba jugando co $Bossson. Es un tío serio y responsable. Tiene un negocio desde hace dos años y siempre ha estado cacharreando con ordenadores. Yo confío plenamente en él y en su experiencia. Además, tienen un currículum intachable y una trayectoria profesional trabajando en las mejores empresas.
-Venga que sí. Que vale. Que me parece estupendo. Pero veamos una cosita. Imagínese que aceptamos barco. El Máquina se convierte por arte de birlibirloque en mi jefe. Me parece bien, insisto en que no me importa trabajar a las ordenes de quien sea. Supongamos también que El Máquina, en su infinita sabiduría me manda hacer algo que yo sé que es perjudicial para el sistema. ¿Qué debería hacer?
-Pues avisarle de que eso no es bueno.
-Coño, ¿y su infinita experiencia? ¿Y su trayectoria? ¿Tengo que hacerle el trabajo también?
-¡Yo jamás te mandaría hacer nada que fuese malo para la empresa!- exclama El Máquina indignadísimo.
-Venga, vale ya. Wardog, éste es tu jefe y no hay más que hablar.
-No, no, si no hay más que hablar. Yo declino toda responsabilidad de lo que pueda crujir. Y redactaré un documento que usted me va a firmar que diga que el responsable de los posibles daños es El Máquina.
-Vale, pues redáctalo, yo te lo firmo.
-Espere un segudo entonces.
Les dejo solos en el despacho y me voy al mío y redacto una renuncia de responsabilidad. Si en el fondo me puede venir bien tener a alguien que se coma los marrones. Imprimo el documento y se lo bajo al $Boss para que lo firme. Lo lee ceñudo y echa un autógrafo.
-Te has quitado toda la responsabilidad, ¿eh?
-No. Sólo la de la mala gestión. Si me cargo un equipo arreglándolo es cosa mía.
-Bueno, pues enséñale las instalaciones y poneros a trabajar.
-¿Así, sin pan ni nada?
-¡Venga Wardog! ¡Deja de hacer el tonto! – exclama el $Boss bastante cabreadito.
-Hala, Máquina, tira p’alante antes de que le de un infarto al $Boss.
Me lo llevo de la manita. Misifú sigue con su pose de maniquí. Este no se ha enterado de que la cosa ha terminado y no ha tomado parte. Muy chugo lo tiene que ver el pobre.
Me llevo a El Máquina al departamento. El ambiente se podría untar en pan de molde, de lo tenso que estaba.
-Bueno, mira, Máquina, yo te enseño todo esto, te digo lo que hay y tú gestiona que yo voy a mi bola. Y procura romper lo mínimo. Ah, y una cosa. Yo no hago horas extras. En cuanto pite, me largo.
-¿Antes no las hacías?
-Sí. Pero como ahora tengo un jefe molón, pues no va a hacer falta porque vas a gestionar esto que va a dar gusto.
-Err… sí, claro. Bueno, enséñame cómo has montado esto.
-Un momento- abro un armario y saco un plano de la empresa.- Mira. Tenemos switches 10/100/1000 aquí aquí y aquí. Estos dos puntos se unen con fibra óptica. Redes inalámbricas aquí, aquí, aquí, aquí y aquí. Los alcances aproximados están coloreados en azul. Mira, en esta aplicación tenemos el inventario de los equipos, cuando cambies alguna pieza, verifica que se actualiza el inventario en la aplicación.
-No, si yo no voy a cambiar piezas, para eso estás tú.
-Tú sigue con esa chulería, que vas bien.
-Bueno, enséñame los famosos servidores, que me ha dicho $Boss que te encanta tener servidores para nada.
-Ea, vamos.
Pasamos al cuarto de servidores.
-¡Buf! ¡Qué calor hace aquí! ¡Cuanto trasto encendido! ¡A ver para qué es todo esto!
-Te cuento. Este es el servidor de dominio, ficheros, aplicaciones no críticas e intranet.
-Será internet.
-No, intranet.
-A ver, listo, define intranet.
-No me da la gana. Como director supremo y jefe mío deberías saberlo.
-Yo lo sé, sólo quiero comprobar si tienes el concepto correcto.
-Uy. Correctísimo. No me equivoco al decir que tienes más cara que un saco pesetas.
-No te pases, chaval, que puedo sugerir tu despido inminente y fulminante.
-Por mi como si te depilas con una desbrozadora. Sigo. Este de aquí es el servidor proxy y de correo.
-A ver, define proxy.
-Mira, que no te defino nada. Lo he montado yo. Sé perfectamente lo que hace y cómo lo hace. Si no lo sabes tú es tu puto problema. Dedícate a gestionar, haz el favor, que para eso te han contratado.
-Bueno, bueno, desde luego eres poco colaborativo.
-Ni pizca.
-¿Y por qué tienes tres routers?
-Son dos.
-Pues yo veo tres.
-Yo veo dos.
-Ya estamos. Mira, aquí tienes un Zyxel, un Cisco y un Firewall.
-¡¡MWAAAHAHAHAHAHAAAA!! ¡¡Eres la bomba!! ¡JAJAJAJA! ¡Qué cachondo!
-¿Qué pasa?
-Eso es un cortafuegos, genio.
-¿Y para qué sirve?
-Para que los directores de informática pregunten.
-Eres imposible. ¿Ese servidor tan grande qué hace?
-Ese es el servidor de aplicaciones principal. Tiene el ERP, el CRM y algunas cosas más. El que está al lado, el chiquitajo, es el servidor de respaldo. Si cruje el principal o hay que pararlo para mantenimiento, se pasa el trabajo al pequeñajo mientras tanto.
-Qué tontería. Tener un servidor ahí sin hacer nada sólo por si acaso.
-Una payasada que te cagas.
-Pues si lo ves una payasada no sé por qué lo has montado.
-No me refería al servidor. Venga, terminemos de una puta vez. Este es el servidor de la VPN y de la aplicación de TPV.
-Define…
-Vete a la mierda.
-¡Un respeto!
-Olvídame. Mira, tú haz lo que te hayan dicho que tengas que hacer. Que yo me voy a trabajar, machote.
-¡Espera! ¡Que todavía no me has dicho qué son estos disquetes gordos!
Miro y agita en la mano izquirda un cartucho DAT. Gilipollas. Esto me supera. A este tío tengo que pegarle fuego, patearle el hígado, sacarle los ojos. No sé. Necesito relajarme. Necesito que llame un luser o algo. No. Lo que necesito es meterle dos hostias a El Máquina y otras cuatro al $Boss. ¿Cómo hemos llegado a esto?
Me voy a mi puesto y me centro en trabajar. Con la cabeza caliente no puede salir nada bueno. Tengo que respirar. Tengo que pensar.
Me dedico a borrar algunos ficheros innecesarios de la home de Lucky, eso siempre me ha relajado. Entretenido como estaba no me doy cuenta de que El Máquina está al otro lado de la mesa y me mira.
-¿Dónde me siento yo?
Levanto mi dedo corazón sin apartar la mirada del monitor.
-Aquí. Y pedalea.
De repente, el BOFH-Zen me ilumina. Cuando la estupidez llega al cúlmen, cuando el despropósito se desboca, cuando todo parece que va contra la lógica, cuando todo indica que irás a engrosar las listas del paro, entonces, el BOFH-Zen te ilumina. El BOFH-Zen es el camino.
EL BOFH-Zen es el camino.
Recojo mi dedo y marco el número de mantenimiento.
-Toma, pide mobiliario aquí.
-Vale-. Espera hasta que descuelgan.- Hola, soy el nuevo director de informática – toma cargo – y necesito muebles para mi oficina -sí, sí, toda tuya, majo, te vas a hartar..- Necesito una mesa grande, un sillón de respaldo alto, reposapies, un archivador, una mesita auxiliar, cenicero, algunos cuadros para decorar esto y una lámpara de pie. Gracias. Muy amable.
-Hala, te lo traerán enseguida, ¡a que si!
-Sí, además es un hombre muy educado. Me ha tratado muy amablemente.
Si no conociera al de mantenimiento, pues vale. Pero es que le conozco. Es lo más parecido a un BOFH pero sin ordenadores de por medio.
Al ratito llega el de mantenimiento con una silla en los brazos. Una raquítica silla de oficina de las de toda la vida. Además, ésta tenía toda una vida. Se le salía la espuma por las costuras, el asiento era verde y el respaldo de un rojo desvahído. Le faltaba una rueda y tenía flojo el pistón hidráulico que regula la altura. Un lujo.
Pero la mesa era aún mejor. La traían dos mozos de almacén a cuestas. Tres tablas de madera, diseño minimalista y moderno. La soltaron en el suelo delante de mi mesa.
-Aquí tiene el señor lo que ha pedido-. Dice el de mantenimiento.
-¿Yo he pedido esto? ¿Me estás tomando el pelo?- El máquina parece algo disgustadillo. Yo me acomodo en mi silla para disfrutar del espectáculo.
-Usted, señor director de informática, ha pedido mobiliario y le traemos el mobiliario del que disponemos. Si desea algo más acorde a su posición, deberá pedirlo directamente al $Boss.
-Bueno, bueno, con esto me tendré que apañar, qué remedio-, asume El Máquina resigando. Se apoya en la mesa e intenta abrir un cajón de la mesa. En ese momento, el panel lateral de la mesa cede y se desencola. La mesa cae al suelo y El Máquina va detrás, con el cajón agarrado en la mano. Bella estampa.
-¡Joder! ¡Mierda de mesa!
-Naaaada, no ha sido naaaada-, dice el de mantenimiento.- Deja, que le pongo un par de escuadras y esto queda como nuevo.
Se saca el cabrón dos escuadras del bolsillo y las atornilla en un pispás por debajo de la mesa.
-¿Dónde quiere el señor director que le coloquemos la mesa?
-Mmmmm… Aquí-. El máquina ha escogido un lugar estratégico. Como a dos metros de mi mesa. Señala la posición de la misma de manera que ni yo, ni nadie que mirase por la ventana viese lo que tiene en la pantalla de su ordenador.
-Pues va a ser que no-. Replica el de mantenimiento meneando la cabeza.
-¡Pero bueno! ¡Esto ya es el colmo! ¡Me traes una mierda de mesa, una silla asesina y aún me dices que no puedo ponerla donde yo quiera! ¡Ahora mismo hablo con el $Boss! ¡Wardog, dáme el teléfono!
-Todo tuyo.
Marca la extensión del $Boss.
-Sí, mira, $Boss, es que el de mantenimiento me está vacilando. Ni me deja poner la mesa en el lugar adecuado, me ha traído unos muebles de mierda y no tiene respeto ninguno. Sí, te lo paso-. Tapa el micrófono del teléfono y se lo pasa al de mantenimiento.- Hala, a ver qué le dices.
-Dígame, $Boss. Aham. Cierto. Así es. Pues porque no hay más muebles y usted dijo que no se compra nada, que se aprovecha todo. Aham. Pues eso. ¡Ah! ¡Sí, claro! No, le digo que no se puede poner ahí porque resulta que quiere ponerse de cara al armario empotrado donde guardan los archivos de contabilidad. Aham. Y además se ve que no va a querer enchufar nada, porque el enchufe más cercano está en la pared de enfrente, como a cuatro metros y no es cuestión de andar tirando alargaderas para que se mate alguien. Nada, nada, no pasa nada. Hala, hasta luego.
Le devuelve el teléfono a El Máquina.
-Que te vas a poner allí-. Señala un lugar cerquita de mí. Oigs, lo bien que lo vamos a pasar, tonta.
-Bueno, lo que sea.
Le colocan la mesa y se van silbando con las manos en los bolsillos como si no hubiese pasado nada.
El Máquina se sienta en su nuevo puesto de dirección, bastante más cutre que el de su subordinado. Apoya los codos en la mesa y entrelaza las manos. Muy profesional, muy experto, muy digno. Lástima que fallase en ese momento el pistón de la silla y se quedase con la barbilla a la altura de la mesa.
-Bueno-, dice, como si no hubiese pasado nada. – Vamos a empezar a trabajar.
-Ansioso estoy.
-¿Qué tienes que hacer ahora?
-Lo que tú me digas. Ya te he creado un usuario de administrador para que puedas gestionar a gusto. Mira, se entra así, y ahora metes el usuario y la contraseña que es esta.
-Ah, muy útil, sí. Muy bien pensado, pero no hagas estas cosas por tu cuenta sin consultarme. Tengo que estar enterado de todo. ¡De todo!
-Vale, vale, no te sulfures. ¿Y ahora qué hago?
-Tú a tu marcha.
-No, hombre, algo tendrás que hacer, ¿no?
-Pues antes sí, pero como tú tienes que gestionar el chiringuito, pues lo que tú me digas.
-No, no, tú a lo tuyo. Dedícate a tus labores.
-Eso hago, a lo que mi superior en rango me diga. No puedo yo ir decidiendo por ahí lo que tengo que hacer, ¡qué falta de respeto para con mi superior, ¿no?
-A ver…pues…¡Ah! ¡Sí! Prepárame un ordenador. Necesito un ordenador.
-Bien, dime, ¿qué prefieres? ¿Quad Core o Xeon? ¿8 o 16GB de RAM? ¿1 o 2 TB de disco duro?
-¡UF! Venga, Xeon, 16GB y 2TB, no sea que se nos quede anticuado enseguida.
-Pues vete pidiéndolo y cuando los recibas, pues te lo configuro.
-¡Joder! ¡Yo pensaba que lo tenías!
-SI tuviese eso iba yo a estar con un Pentium 4 guarreras como éste. Te puedo ceder un Pentium 3 o un portátil Pentium 4.
-Venga, pues me quedo con el portátil, que es más silencioso y me lo puedo llevar a casa para adelantar trabajo.
-Pues bueno, como tú mandes.
Le saco el portátil de un armario y se lo doy.
-Vale, mira. Lo primero que vamos a hacer son órdenes de trabajo para gestionar el tiempo. Cuando alguien llame, se rellena la orden y se decide qué hacemos primero.
-¡Ah! ¿Que tú también vas a dar el callo?
-No, hombre, yo lo que digo es que yo te organizo el trabajo para que seas más eficaz.
-Ya decía yo. O sea, que tú te encargarás de recibir las llamadas y eso, ¿no? Y luego lo organizas todo y yo lo resuelvo, ¿no es eso?
-Err… Sí, eso es, exacto.
Oigs. Pero qué mono. Me ha quitado el Trimpititer de en medio. Esto va a ser coser y cantar.
-Bueno. Pues entonces espero a que tengas las órdenes esas. Voy a echarme un pito mientras, si no te importa.
-No, no, vete, vete.
Si al final va a ser majo y todo El Máquina. Mira, se va a currar un sistema de órdenes de trabajo para agilizar el tema. Qué majo. Y me deja salir a fumar mientras. Me ha gustado. Sólo lo mataré un poco.
Cuando vuelvo de fumar, El Máquina está en su puesto, con el pistón bajado y el portátil en las rodillas. Un cigarrillo humea en un cenicero sobre la mesa.
-Oye, que aquí no se puede fumar.
-El $Boss me ha dado permiso.
-Po fueno. ¿Ya tenemos las órdenes de trabajo?
-Sí. ¿Cómo imprimo?
-Dale al botón de imprimir, está configurada la impresora departamental.
-Vale.
Me voy a por el taco de papelotes, ha sacado 100 copias. Cojo una de la bandeja. En la esquina superior izquierda, el logo de la empresa, ahí, todo digno y corporativo. Debajo hay cuatro frases que rezan:
“Usuario/Demandante”
“Problema/Tarea”
“Diagnóstico y solución”
“Conforme Director de Informática”
Ole con el plan maestro. Esto es un plan de gestión como $Deity manda, sí señor. Esto es tonto de las narices, pero hay que seguirle el rollo. Hala, volvamos a la guarida.
-Bien, pues ya tenemos las órdenes de trabajo-, exclama El Máquina, levantando orgulloso al trasluz su obra, para admirar los colores del logo, supongo.
-Pozí.
-Bueno, pues a trabajar. Ya sabes, todo lo que se haga, con una orden de trabajo.
-Pozi, maehtro.
Me voy a mi sitio y me pongo a revisar el correo. El Máquina se queda en su sitio fumando tranquilamente, exhalando nubes de dirección.
¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin!
¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin!
-¿No lo coges, Máquina?
-¡Ah! ¡Sí! Departamento de informática, le atiende el director Máquina. ¿En qué puedo ayudarle?
Oigs. Si es que da gusto oírle. Qué pompa, qué brillo, qué nivelazo. El director de informática cogiendo el teléfono y orgulloso de hacerlo. No le meto dos hostias porque lo disfruto demasiado.
-Sí. No, es que ahora dirijo yo el departamento-. Me guiña un ojo.- Dígame, qué le pasa. Aham. ¿Su nombre? Bien, dígame, señor Lucky. ¿Cómo? No, no le he entendido. Repítame, por favor. O sea, ¿que el ratón no lo puede mover? ¿Es eso? Aham. Vale, pues ya he tomado nota. Enseguida lo solucionaremos.
Cuelga y me pasa el papelote garrapateado a boli. Le brilla el orgullo en los ojos. Cojo el papel y leo el problema: “No puede mover el ratón”.
-¿Qué significa esto?
-Es lo que el usuario me ha dicho.
-Bueno, bonito parte. Hala, me voy a la guerra.
-Muy bien, recuerda rellenar el parte.
-Descuida.
Me voy donde Lucky, le meto una colleja y quito el ratón óptico de su maravillosa alfombrilla nueva con la imagen de la Santísima Virgen de la Bola de Dragón, de mil colores brillantes, con holograma y todo. Si meneas la alformbrillas, la virgen mueve la mano. Da miedo.
Vuelvo al despacho y apunto en el parte: “Conflicto de hardware ratón-buen gusto” y se lo devuelvo a El Máquina.
-¿Y ésto qué significa?
-Está bien claro, como el problema.
-Bueno, vale.
Hago el amago de sentarme en la silla.
-No te sientes que tenemos más llamadas-. Me dice pasándome un taco de papelotes.- Mira a ver cuál corre más prisa.
-¿Que lo mire yo? ¡Pero si yo no tengo ni idea! ¡Eso lo tiene que hacer por lo menos un director de informática!
-Pero hombre, échale un vistazo, seguro que sabes hacerlo.
-Bueno, bueno, yo lo miro, pero no sé si podré.
“Bolindre, la aplicación de albaranes se ha bloqueado y no deja hacer nada.”
“Bolindre, ha pedido un listado de consumo y tarda mucho”
“Manatibobo, que le grabe un disquete”
“Pollamboca, que el programa de Wardog no saca los pedidos del mes que viene”
“Claridad Divina, que han desaparecido las facturas de exportación desde 2004″
“Misifú, que no se enciende su ordenador”
“Bigote, que las etiquetas le salen impresas por la parte de atrás del papel”
Madre mía. Así escrito parece hasta más idiota que de costumbre. Paso.
-¡Uf…! Pues no sé ni por dónde empezar. Mejor que lo decidas tú que has trabajado en las mejores empresas de la zona.
El Máquina se rasca la barbilla y pasa una por una las hojas. Yo mientras, me estoy cansando de hacer el paripé. No va conmigo. Creo que tengo un plan.
-Mira, lo mejor será que vayas a ver lo que le pasa a Bigote.
-Vale.
Cojonudo. Vamos a darle la vuelta al papel, lo más urgente de todo. La empresa se hundiría si no solucionase eso enseguida. Así que venga, me voy a ver a Bigote.
-OyeMayoralyaquestásaquíarréglamelomío, quenopuedohacernádená.
-Pues no. Si no me lo autoriza El Máquina no puedo tocar nada.
-Perosiesunmomento, sinotecuestanada.
-Que no, coño, que si El Máquina no me manda, no puedo hacerlo. Bueno, Bigote, que ya le he dado la vuelta al papel, imprime a ver si te salen del derecho.
Diez minutos después Bigote ya había sacado las 300 hojas de etiquetas que necesitaba y me dejó marchar. Por el camino, saco el cable de fibra óptica que une unos segmentos de red, no sea que se gaste de tanto estar encendido. Vuelvo al despacho y veo a El Máquina escribiendo a toda velocidad y hablando por teléfono a la vez. Se le ve levemente agobiado. Mola.
-Sí, así que vayamos preparando un listado de royalties del trimestre pasado. Ah, no, de los dos últimos trimestres, sí. Vale, sin problema, Misifú. Sí, sí, muy bien.
Sobre la mesa, un taco de folios escritos. Anda que no le cunde. Bien, vamos al lío.
-Bueno, solucionado. Aquí tienes el parte con la solución. Dame el siguiente en prioridad.
-¡No me agobies! ¡No me agobies! ¡Te esperas!
-Chiiico, cómo te pones. A ver, ¿cuántas incidencias hay? Bah, pero si hoy es un día la mar de tranquilo, apenas 30 llamadas. Venga, va, dime qué es lo siguiente.
-¡Joder! ¡Que no me agobies! ¡Vete a ver qué le pasa a Manatibobo con el disquete y déjame tranquilo!
-Bueno. Voy.
Qué mono, no lleva ni dos horas “trabajando” y ya está de los nervios. Alma de cántaro, no le faltan a este kilómetros. En fin, me voy para el departamento de diseño.
-Buenos díaaaaas, que vengo a grabar un disquete mortal de necesidad. ¿Qué es lo que hay que hacer?
-¿Tú por aquí? ¿Y el señor tan amable que me ha atendido?
-Pues a estas alturas estará tirándose de los pelos, supongo, digoooo gestionando. El técnico amoroso de campo sigo siendo yo, mal que te pese, querida.
-Anda grábame en un disquete lo que han mandado por email.
-Suerte tienes, cordera, de que cumplo órdenes, que si no te veo grabando el disquete con un rotulador permanente.
Le grabo el disquete y me marcho de vuelta. Me meto en el aseo y con el teléfono móvil inicio sesión con el usuario de El Máquina. Detengo los servicios de intranet, impresión y servidor de ficheros, como ya hice antaño. Los clásicos son los clásicos.
Vuelvo al despacho y El Máquina no está. Lo bueno es que el trimpititer tampoco. Me dedico a navegar un rato hasta que vuelva. Al cabo de diez minutos viene por el pasillo cabreado como una mona.
-¡Si! ¡En cuanto tengamos un hueco se lo solucionaremos! ¡No se preocupe, señor Casconulo! ¡No se preocupe! ¡Sí, antes esto se solucionaba en cinco minutos, pero es que ahora seguimos un estricto orden de prioridades! Vale, hasta luego.
-¿Qué hago ahora?
-¡Déjame en paz! ¡Esto es de locos!
-Cheeee, tranquilito no sea que te tenga que calmar como a Hilda.
-Perdona, es que esto es de locos. ¡De locos! ¿Pero cómo pueden haber tantas llamadas? ¡He tenido que imprimir otra tanda de órdenes de trabajo!
-Vaya por $Deity. ¿Y por dónde vamos? ¿Cuál es el plan?
-Deja, deja que me centre… mira, ocúpate tú del teléfono mientras yo me organizo.
-Eso está hecho, hombre.
-Gracias.
Me siento en mi silla y pongo el teléfono a un lado del teclado. El máquina se pone a ordenar papelotes y se pone al ordenador. Cacharrea un rato, desiste y me dice:
-No tengo salida a internet y necesito mirar unos artículos sobre gestión de crisis.
-Ah, vale. Dame una orden de trabajo y te lo hago enseguida.
-Mrbfffgl… Está bieeen… hala, toma, avísame cuando lo tengas.
-Ah, ya lo tienes. En lo que rellenabas la orden lo he hecho.
-La madre que te… gracias.
¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin!
-Sistemas…- El máquina me mira raro. No es esa manera de coger el teléfono. Qué poco profesional.
-Wardog, que no me funciona el…
-No te preocupes, Babacae, que enseguida te llama El Máquina, es que ahora está ocupado.- Le corto mientras enredo con el ratón por la pantalla, haciendo click aquí y allá. El Máquina me lanza una mirada cargada de rencor.
-Vale, pero que no tarde.
_Qué va, no va a tardar nada. Nada de nada. De verdad, pero es que está muy ocupado gestionando. Taluego.
Clic.
¡Trimpitrin! ¡Trimpititrin!
-Sistemas…
¡Wardog! ¿Qué coño estás haciendo?
-Pues justo me pilla que acabo de ponerle internet a mi jefe, $Boss.
El Máquina da un respingo.
-¡Joder! ¡Media empresa parada con problemas de informática y tú jugando con internet!
-Que no, hombre. Que yo estoy a las órdenes de El Máquina, el me va diciendo lo que tengo que hacer primero y yo lo hago, si es muy eficiente, ya tiene rellenas lo menos cien órdenes de trabajo. Ahora sólo tiene que ordenarlas por prioridad. Lo de internet es porque tiene que consultar una página de referencia-. Le guiño un ojo a El Máquina que suspira aliviado al ver cómo toreo al $Boss.- Sí, mire, aquí lo tengo, es una página que se llama “Pornotube punto com” y hay otra que se llama “Petardas punto com”. Y esto parece un foro “Adult Friend Finder”, porque ha iniciado sesión-. El Máquina da un bote en la silla y se queda pálido como la pared. Hago como que no me doy cuenta. Sigo haciendo click como un loco por la pantalla, frenético. – Además que es rápido el hombre, mire, ha estado consultando una página de profesionales de gestión que se llama “Putas punto com” y otra “Tetonas punto com”. Este tío es un crack, lo de tetonas suena a Alemán.
-¿Estás tonto o qué?- Me espeta el jefe por teléfono.
-Ah, no, qué va, estoy leyendo el registro de páginas consultadas de El Máquina, para que vea usted que no está perdiendo el tiempo.
-¡Pero si esas son páginas porno!
-¿En serio? ¡No me diga! ¡Qué barbaridad!
-¡Pero tú cómo le dejas ver esas páginas!
-Ah, yo no sabía nada. Qué se yo lo que hace mi jefe en internet, hombre.
-¡Dile que baje ahora mismo!
-Vale, yo se lo digo.
Clic. El Máquina me mira espectante. Pálido, tembloroso. Me mira en silencio, con la boca abierta.
¡Trimpititrin! ¡Trimpititrin!
-Sistemas…
-Oye, que se me ha parado el ordenador cuando estaba…
-Ah, vale, es que eso lo tiene que gestionar El Máquina, que es el que corta aquí el bacalao. Luego te llama.
Clic.
-Que dice el $Boss que bajes, que tiene que hablar contigo. ¿Qué voy haciendo yo?
-¡Vete a la mierda!- Espeta mientras mientras le llevan los demonios pasillo adelante.
Apago el teléfono y me recuesto en la silla. Pongo los pies encima de la mesa y enciendo un pitillo. Lo estoy disfrutando a lo grande. Y ahora encima se puede fumar en el despacho.
En esas estoy cuando viene Misifú por el pasillo.
-Hola Wardog. ¿Qué haces?
-Pues esperando a que vuelva el jefe, que está reunido con el $Boss y no me ha dejado órdenes.
-¿Desde cuando acatas tú órdens de nadie?
-Desde que me las imponen por el artículo treinta y trés.
-No me jodas, Wardog. ¿Qué está pasando?
-Nada. Lo de todos los días. Es un día de lo más normal. Lo que pasa es que a El Máquina se le hace un poco cuesta arriba.
-Haz el favor, la empresa está casi parada. Arregla las cosas antes de que esto vaya a peor.
-Pero si va todo de puta madre.
-Wardog, debes tener un poquito de responsabilidad, no puedes permitir que se paren las cosas, o que se estropeen y no hacer nada. Mi ordenador por ejemplo lleva más de una hora parado y no has ido a verlo.
-Misifú, nos conocemos desde hace mucho tiempo. Responsabilidad me sobra. No me toques los cojones. El Máquina está priorizando tareas. Yo las ejecuto. Si no te parece bien, vas y se lo dices al $Boss.
-A ver, Wardog, tú sabes que yo te aprecio- venga, majete, hazme la rosca,- pero es responsabilidad tuya que el sistema funcione, y nunca hemos tenido problemas con eso.
-No. Está claro, nunca habéis tenido problemas con nada. Os habéis podido concentrar en el negocio y olvidaros de la informática. Pero mira, ha venido un consultor y os ha dicho que es un peligro que todo recaiga sobre un sólo par de hombros. Y en vez de traer a alguien para repartir la carga me ponéis un cenutrio para que me vigile. Pues ahora vais a tener que recoger lo sembrado.
Misifú me mira muy serio. Sostengo su mirada. Un leve temblor se aprecia en sus hombros.
-¿Eso es una amenaza?
-No. Es una realidad.
Llega por el pasillo el Máquina. La cabeza gacha, los hombros bajos. Misifú está delante de mí y yo sentado en el borde de mi mesa. Tras él viene el $Boss todo brío, todo mala hostia reconcentrada. Ole. Esto va a ser la bomba.
-¡VAMOS A VER, WARDOG!- grita el $Boss descompuesto.
-Dígame, $Boss-, le susurro con una sonrisa.
-¿Cómo permites que este señor se dedique a mirar páginas porno en plena crisis? ¿Es que estás tonto?
-¿Yo? No. ¿Quién se supone que es responsable de quién?
Silencio triple. El $Boss aprieta los puños. No veas tú lo que está dando de sí la mañana.
-Bueno, vamos a ver. Que El Máquina no pueda ver internet. ¡Y ponéos los dos a arreglar los problemas que hay, que no hay ni Dios trabajando y esto es perder dinero a lo tonto!
-¡Uy! ¿Los dos? ¿Y quién prioriza?
-¡Menos cachondeo, Wardog!-El máquina recula y se encoge hasta casi desaparecer.- ¡Venga, a arreglar todo esto pero ya!
-Vale, vale, ya voy. Hala Máquina, recoge la dignidad y vamos a ver qué tenemos por ahí.
Se van Misifú y el $Boss por el pasillo adelante hechos unos basiliscos. Yo me cojo a El Máquina, que no quiere ni verme. Y es normal, debe estar levemente molesto por ganarse una bronca en menos de tres horas. Priorizar es lo que tiene.
-A ver, machote. ¿Qué sabes hacer?
-¡Oye, que yo sé hacer de todo! ¡Y un respeto que sigo siendo tu jefe!
-Ah, pues venga, prioriza y reparte. ¿Qué me toca?
Revuelve sus papelotes y me da uno de los que él considera difíciles. Listado de royalties. Una cosa complicadísima ejecutar el script. En fin.
-¿Y tú para dónde vas?
-Yo voy a resetear los puntos de acceso inalámbricos, que parece que no conectan con los sevidores.
Lo llevas claro. La fibra óptica sirve para conectar esas cositas y ya red a las que van enganchados…
-Vale, pues vamos al lío.
Él se va por la puerta y yo me lío a ejecutar el script. Otra vez los pies sobre la mesa mientras la base de datos procesa la petición. Definitivamente, esto es vida. Y además monotarea, que es lo cojonudo. Al cabo de quince minutos ya me da vergüenza alargarlo más, envío el informe por correo electrónico y me voy a buscar a El Máquina, a ver cómo lo lleva.
Bajo al almacén y me lo veo con el $Boss. Están discutiendo.
-¿Pero cómo que no sabes qué le pasa a esto? ¡Tengo a todo el almacén parado que no pueden encontrar nada y tú me dices que lo vayan buscando estantería por estantería mientras lo arreglas! ¿En un almacén de 300.000 metros cuadrados a siete alturas? ¿Estás tonto o qué?
-Buenaaaaas…
-¿Y tú qué haces aqui?
-Nada, que como ya he terminado con lo mío y vengo a ver si puedo echarle una mano a mi jefe. ¿Qué pasa?
-Pues parece ser que el direccionamiento IP se ha corrompido por culpa de la encriptación defectuosa WEP/PSK-, proclama el tío con una convicción que da hasta miedo. El $Boss parece que se calma un poco.
-¡Anda! ¡Que putada! ¡Ahora habrá que redireccionarlo todo! ¿No?
-Sí, claro… no queda más remedio…
Me pican en el hombro por detrás. Es Bolindre.
-Perdonadqueosmolesteperoesque salíayoatomarmeuncaféporque comonopuedotrabajarporquenohay conexionymeaburríayteníayatodos lospapelesrecogíosyalpasarporelarmario esedelaslucecitasquehayenlanave hevistouncablenaranjacolgando yhepensaoquelomismolehandaoungolpe yellíovienedeahí.
-¿De verdad?
-¡Voy a ver!
Salgo detrás de Bolindre, y detrás de mí viene mis dos jefes. Mi histérico luser lleva hasta el armario de conexiones, y efectivamente, el cable está colgando. Justo como yo lo dejé. Lo conecto y todo vuelve a funcionar en un breve lapso.
-Mira a ver si esto funciona, Máquina-. El tío enciende el PDA que había quitado a un jefe de almacén y hace ping y todo. Una maravilla.
-Sí, parece que ya funciona, sí… es curioso, tenía toda la pinta de un direccionamiento IP corrupto.
El $Boss lo mira con una ceja levantada. Y se marcha bufando a grandes zancadas. A este hombre un día le da un infarto. Fijo. El Máquina se pone aún más nervioso de lo que estaba.
-¿Ya… ya has terminado todo lo que había pendiente?- Pregunta esperanzado.
-Ah, no. Sólo he termiando el listado que me has encargado. Vamos para el despacho y seguimos cogiendo tareas.
Veo cómo el mundo le pesa sobre los hombros y comienza a andar arrastrando los pies. Yo le acompaño ufano a un lado. Coño, ya que estamos aquí…
-¡Uy Máquina! ¡Voy al lavabo de fábrica, que me meo! ¡Ve subiendo tú si eso!
-Vale, no tardes.
-Nada, dos minutos.
Me marcho corriendo con las manos entre las piernas. Me meo. De la risa. Dejo los servicios a un lado y sigo a toda leche hacia el cuarto de contadores dando un pequeño rodeo para pasar por el ángulo muerto de la cámara de seguridad. Bajo el diferencial de los SAIs de los servidores. Deshago el camino a la carrera y me voy para el despacho. Recupero el resuello y entro tranquilamente.
-Ya estoy aquí, Máquina. Vale. A ver… mira, ya he repartido esto. Tú tienes que ir a ver a Claridad DIvina, que le han desaparecido unas facturas, cuestión de poco; yo mientras voy a ver a Pollamboca que no le funciona internet.
-No, si Pollamboca no accede a internet, se lo corté. Ahora sólo accede a intranet.
-¡Será lo mismo!
-Pues no, pero tú a tu rollo.
Me voy a ver a Claridad Divina y saco las facturas de histórico con gran esfuerzo y una gran instrucción SQL que siempre tengo a mano. Una cosa espectacular. Me vuelvo para el despacho y el Máquina sigue liado con Pollamboca. Pues nada, trabajito bien hecho… cigarrito pal pecho. Veamos cómo va la carga de los SAIs… ah, pues bien. 80%. Son la bomba estos cacharros. Aguantarán un par de horas más.
Me aburro de esperar y voy al despacho de Pollamboca.
-¿Qué pasa Máquina? ¿No se deja?
-¡Qué va! ¡Esto no entra ni en google ni en nada!
-Qué manía le tienes a la intranet, chico. Dale a la casita.
Le da al botón de home y carga la página principal de la intranet.
-¡Esho! ¡Esho esh lo que yo querlía!
El máquina se queda pasmado y sale por la puerta. Parece pensar que todo esto es cosa de locos. No entiende nada.
Volvemos al despacho y coge otros dos papeles. El teléfono sigue apagado. Ya sólo nos quedan 90 hojitas de nada. De aquí a mañana nos hemos hecho la mitad. Y me estoy empezando a aburrir.
-Hala, dame otra hoja de esas.
-A ver…- revuelve una vez más las hojas. Lo bien que prioriza el tío.- Para tí… arreglar el PC de Misifú. Y para mí, el listado de clientes este… dice… clientes con un consumo superiora 20.000€ en el tercer trimestre de 2001 a 2008.
-¿Seguro?
-Sí, hoy las máquinas están contra mí, prefiero un poquito de Access.
-Tú mismo.
Access, dice. Aquí de eso no comemos, pero bueno, sé feliz. Ya me estoy cansando. Me cojo un destornillador y me largo a ver a Misifú. Llamo a la puerta y entro. El hombre está ordenando papelotes.
-¿Ya vienes a arreglarlo?
-Sí, ya me ha dejado venir El Máquina.
-Perdona si he estado un poco brusco, pero es que la gente está muy nerviosa, porque hay mucho trabajo y no funciona nada.
-Qué curioso, ¿no?
-¿A qué te refieres?
-Hombre, entre tú y yo, un incompetente es para siempre- le digo con voz sexy.- ¿Qué te podías esperar?
-Ya, pero como es amigo de $Bossson…
-Pues eso, que asi os luce el pelo.
-¿Pero tú estás a gusto?- Me dice entre asustado y gilipollas.
-¿Yo? De puta madre. Sin responsabilidades se vive mejor.
-Hombre, no quiero que dejes todas tus responsabilidades porque tengas un jefe.
-¿Cuánto cobra ese?
-¿El Máquina? No te puedo decir, no lo sé.
-Pero yo sí te lo puedo decir. Bastante más que yo, he consultado la base de datos de personal. Y mira, eso me toca bastante los cojones. Pero bueno, vamos a dejarlo estar, que tenemos mucho trabajo y yo muchas cosas que hacer.
Me meto debajo de la mesa para sacar el ordenador y de repente lo veo todo claro. Aunque parezca mentira, la salida está aquí, combinada con mi poco conocida fuerza bruta.
Afianzo un pie y una rodilla en el suelo. Coloco las manos formando un puño doble y lo coloco por encima de la cabeza. Me levanto bruscamente y lanzo un puñetazo con todas mis fuerzas al tablero de la mesa. El estruendo es considerable. Comienzan a caer cosas por los bordes de la mesa, el monitor se vuelca y Misifú viene corriendo a ver qué ha pasado.
-¡¡Jodeeeerr!! ¡¡Qué dañoooooo!!
-¿Que ha pasado?
-¡Jodeeeer! ¡Que cabezazo Dios! ¡Jodeeeeer!
-¿Te has dado en la cabeza?
-¡Que sí joder! ¡En toda la cabeza! ¡Dios! ¡Me ha dado un calambrazo y me dado una hostia al apartarme! ¡Diooooosss!
-¿Te encuentras bien? ¿Te llevamos al médico?
-Sí, creo que estoy bien, sí…- le digo y me levanto del suelo frotándome la cabeza- la tengo dura, creo que sólo es un chichón.
-¡Menos mal! Los golpes en la cabeza son malísimos-. Que se lo digan a la plantilla, que de pequeños no paraban.
-Hostias, pues no estoy bien. Me mareo, me mareo… – y me siento en la silla con la cabeza agachada. Si de sysadmin no me renta, como actor no tengo precio.
-Espera, que te llevo al médico.
-Pero con todo lo que hay que hacer…
-Vamos al médico, venga.
-Pero avisa a El Máquina, que sepa que voy al médico, para que se encargue de todo.
-Espera aquí, espera…
Al cabo de un rato vuelve Misifú.
-Venga, vámonos. El Máquina es un buen tío, se ha ofrecido a llevarte él mismo-. Los cojones, ese lo que no quiere es quedarse sólo. Me parto.
Me lleva al centro de salud. Me miran la cabeza, pero no tengo nada. Afortunadamente no me miran los nudillos. Me preguntan si me duele y digo que sí. Me hacen una radiografía y como no ven nada, me mandan para casa a descansar un par de días y unas pastillas para el dolor. Misifú me lleva a casa y me desea una pronta recuperación.
Aaah, me siento en el salón y enciendo la consola. A los diez minutos suena el teléfono. Killminds. Lo cojo y pongo voz de dolorido.
-Wardog, qué tal estás, ¿macho?
-He tenido días mejores, Máquina.
-Qué mala suerte. Mira, perdona que te moleste, pero es que tengo un problemilla con el Access. Es que no veo la base de datos…
-Es que no usamos Access. Tienes que usar el cliente de SQL. En mi escritorio hay un acceso directo para entrar por Telnet al servidor de UNIX, desde ahí puedes usar el cliente SQL.
-Ah, vale, gracias.
Cuelgo y sigo con la partida. Este va a saber sacar el listado mañana. O pasado. O nunca. Al momento vuelve a sonar el teléfono. Lo cojo de nuevo.
-Dime, dime…
-Perdona que te moleste otra vez…¿Cómo usáis en Killminds el SQL?
-Pues como en todos lados. Mira, en el armario tienes el listado de tablas, y una referencia SQL rápida que escribí para becarios. O mejor, mira, apunta lo que tienes que hacer y ya está.
-Espera… vale, dime.
-Primero inicias sesión en el sistema como root- con dos cojones.- Apunta la clave. Ahora escribes…
Le relato todo el proceso. Desde acceder a la base de datos hasta exportar el resultado a un fichero de texto plano que dejaremos en el directorio de la base de datos, para que luego lo importe fácilmente en Excel. Le deletreo toda la instrucción SQL para hacer lo que le piden. El tío se queda tan conforme. Obviamente podría haber hecho la consulta con el cliente gráfico para consultas, pero esto va a ser mucho más divertido.
-… y cuando termines, ya sabes, te copias el fichero, lo puedes coger con el navegador de Windows, pero no lo puedes borrar. Para borrarlo, sales del cliente de consultas y con la instrucción “cd” vas entrando en las carpetas, hasta que llegues a la de la base de datos y borras el fichero txt y a correr.
-Vale, vale, muchas gracias, Wardog. Es que no sabía si aquí usábais el “where” o no. Pero vamos ,que tranquilo porque el MS-DOS este me lo controlo.
-Hala, me voy a echar un poco, tío- una partida que te cagas. Y una cervecita.
-Sí, no te molesto más, que descanses.
Hala, ahí le dejo, la va a liar parda. Fijo. Está manipulando material inflamable y aún no lo sabe. Vuelve a sonar el teléfono. ¿Pero no decías que no ibas a molestar? ¡MWAAAHAHAHAHAAAA!
-Hola Wardog, es que tengo una duda.
-Mffff.. dime, dime…
-¿Estás bien?
-Sí, pero parece que me va a explotar la cabeza. Dime, qué problema tienes.
-Que la orden “del” no funciona. ¿Qué versión de MS-DOS es esta?
-No, no es “del”. ¿Estás en la ruta de la base de datos?
-Sí, sí.
-Pues escribe erre, eme, espacio asterisco…- finjo un ataque de tos.
-Hala, pues ya está… – Gotcha.
-… punto té equis té… ¿cómo que ya está?
-Claro, rm *, como me has dicho. ¿Tenía que escribir lo demás tambien?
-¿Tú sabes lo que has hecho? ¿Lo sabes?
-Borrar el ficherito de la consulta, ¿no?
-¡Te has cepillado la base de datos completa, gilipollas!
Clic. Le cuelgo el teléfono y me parto de la risa. Esto es lo que le faltaba. Me preparo algo de comer y al poco vuelve a sonar el grillo. Killminds. Coño, que estoy malito, hombre.
-Dígame…
-Wardog, que soy Misifú. ¿Estás mejor?
-No, sigo mareándome al incorporarme.
-Vaya, cómo lo siento… es que parece ser que se ha caído la red, porque a la gente le da un error al entrar a la aplicación y no va nada.
-Pues chico, yo que sé… No estoy yo para pensar mucho. Que lo mire el Máquina.
-Vale, vale.
Cuelgo de nuevo. Vuelve a sonar. Lo cojo. Soy un tío esforzado.
-¿Sí?
-Wardog… mira, que esto es un marrón enorme, tío. El programa de gestión no va, yo creo que es porque he borrado la base de datos.
-Seguro que tiene mucho que ver.
-¿Hay copias de seguridad?
-Sí, claro.
-¿Dónde están?
-En la caja fuerte, los disquetes esos gordos que decías. Que te la abra Misifú.
-Ah, menos mal, tío. Oye, y ¿qué es ese pitido constante que hay en el cuarto de los servidores?
-Yo qué sé.
-Bueno, voy a restaurar la copia de seguridad a ver si esto echa a andar. Gracias, ¿eh?
Cuelgo, termino de comer y me echo un rato la siesta. No vuelve a sonar el teléfon en toda la tarde. Y mañana, día libre.
Al día siguiente me despierta el teléfono. Lo cojo adormilado. Es misifú.
-¿Wardog? ¿Qué tal estás
-Mejor, ya no me mareo.
-¿Vas a poder venir hoy a la oficina?
-Sí, venga, me ducho y voy para allá.
Me ducho, me visto, desayuno en el bar tranquilamente y me voy para la oficina. Subo a mi despacho y me encuentro todo por allí tirado. Parecía un hospital robado. Cintas DAT por todas partes, todos los papeles revueltos, los manuales fuera de su estantería. Entro en el cuarto de servidores y hay más cintas DAT desperdigadas y todo apagado.
Me voy para el despacho de Misifú a preguntarle qué ha pasado.
-¿Cómo os habéis apañado para meter un tornado en mi despacho?
-No, si no es eso. Es que dice El Máquina que se tiene que haber quemado un cable de la luz y que no hay corriente.
-Vaya por $Deity. ¿Y dónde anda mi jefe?
-¿$Boss? Está en su casa, hoy no ha venido.
-No, El Máquina.
-Ah, bueno… pues ayer se fue de aquí cerca de las ocho y tuvimos una reunión con el $Boss…
-¿Y?
-Pues le dijo que él no podía estar tanto tiempo aquí y dejar desatendido su negocio, que lo sentía mucho, pero que este trabajo le iba a exigir demasiado tiempo y que además no era lo que le habían prometido; que él venía a dirigir un departaento, no de técnico.
-¿Así que ha dimitido?
-Sí, me temo que sí.
-¿Y no vais a contratar a nadie para que me dirija?
-No, por ahora no.
-¿Otra vez me quedo sólo?
-Sí, me temo que sí…
-Bueno… qué le vamos a hacer…
-Ya lo siento, ya…
-Yo no. Hablemos de dinero, majete…
Gaming Far Cry 4!
14 diciembre, 2008 a las 12:34 #59260jajajaj.. tiene todas la razon.. pero tambien es algo hijo puta.. lo que normalmente pasa en unos cuantos dias.. el tio lo ha provocado en un solo dia..jajajaja
Me parece se lo enviare a algun ex-jefe..jajaja.
15 diciembre, 2008 a las 11:25 #59263Solo con ver el tamaño paso de leerlo
15 diciembre, 2008 a las 21:21 #59264RAlly léelo ¡te gustará!
Juego a ratos... 😉
15 diciembre, 2008 a las 21:21 #59265La verdad es que es muy bueno, ya lo había leído
Lo podréis encontrar en http://www.mundowdg.com/blog/
Gaming Far Cry 4!
15 diciembre, 2008 a las 21:27 #59267De ahí salió…
Juego a ratos... 😉
16 diciembre, 2008 a las 18:16 #59268Me he puesto a leer ese blog.. y es para descojonarse… cuantos informáticos nos debemos ver reflejados en eso…. pfff…
18 diciembre, 2008 a las 17:02 #59280NouSetTres wrote:De ahí salió…Sha de posar la font !!
18 diciembre, 2008 a las 17:03 #59281Per cert, que ho deixo per un altre dia…, he començat però al veure lscroll vertical…
18 diciembre, 2008 a las 23:07 #59288Ricky II wrote:Per cert, que ho deixo per un altre dia…, he començat però al veure lscroll vertical…Jejejejejeje, molta feina Ricky????
Juego a ratos... 😉
21 diciembre, 2008 a las 16:51 #59296Ya lo he leido, un poco aburrido en algun momento pero del todo cierto, en la vida real suele ser asi.
22 diciembre, 2008 a las 20:33 #59303Y el pobre pimpollo que se va diciendo… ¡¡¡dónde coño me estoy metiendo…!!! jejejejejeje
Juego a ratos... 😉
30 diciembre, 2008 a las 22:43 #59323bua poca feina, me marejat y tot tant rato lleguint
y la inutilitat triumfant.Penses massa pel que vius!!
29 marzo, 2009 a las 18:00 #59709Això passa fina a les millors famílies!!!
Juego a ratos... 😉
-
AutorPublicaciones
- Debes estar registrado para responder a este debate.